Las canciones de Hijo de la luz, hijo de la sombra sonaron ayer en el Palma Arena en un show recogido e íntimo con un Joan Manuel Serrat que conserva su voz en perfecto estado de revista.
Unas 2.700 personas acudieron al velódromo para compartir con el cantante los poemas de Miguel Hernández que ha musicado.
Sobre el escenario, seis músicos acompañaron al del Poble Sec, que vestía traje y camisa negros, sin corbata, y acompañó su espectáculo con tres pantallas en las que se proyectaban imágenes firmadas por cineastas como Isabel Coixet, José Luis Garci, Montxo Armendáriz, Pedro Olea o David Trueba, entre otros.
Además, el artista, recitó algunos textos entre canción y canción y rasgó la guitarra en algunos pasajes.
En el programa estaba previsto que Serrat cantara 20 temas, todos sobre versos de Hernández menos Historia conocida, de José Agustín Goytisolo.
La actuación comenzó con Tres heridas, siguió con Del ay al ay por el ay, La palmera levantina y Las desiertas abarcas. Todos los temas llevaban el sello musical de Serrat, excepto las Nanas de la cebolla, una música que firma Alberto Cortez.
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