La novela Miracle de Llucmajor de Sebastià Alzamora (Llucmajor, 1972), que publica Proa, recupera la historia de Pere de Son Gall, un joven que decide construir una máquina capaz de tomar el vuelo sobre su eje vertical. El autor recurre al humor para componer la atmósfera de los años 20 y traza un canto a la pasión de crear que, en realidad, es una celebración de la vida. El próximo 15 de abril, Alzamora, acompañado del poeta Josep Lluís Aguiló y el profesor Damià Pons, presentará el libro en el claustro de Sant Bonaventura de Llucmajor.
-¿Cómo llegó a conocer la historia de Pere de Son Gall?
-Me llegó por mi familia. Pere de Son Gall es un mito local en Llucmajor. Fuera del pueblo es un desconocido, pero en Llucmajor existe sobre él una memoria viva. Como dato significativo, uno de los institutos se llamaba Pere de Son Gall. Se ha convertido en un llucmajorer ilustre, aunque en vida lo consideraran un loco.
-¿Ha mitificado al personaje en la novela?
-Ya es un mito. Lo que he hecho es construirlo a mi medida. No sé cómo era personalmente. Supongo que era muy testarudo, como lo dibujo en la novela. Me interesaba resaltar los proyectos de una vida que generan ilusión y ganas de vivir, independientemente del éxito que obtengan. Yo añado una historia de amor, totalmente ficticia, porque quería mostrar la dimensión emocional y humana del personaje. Dejo en manos de los lectores que lo juzguen pero yo lo veo lleno de ilusión a pesar de sus ingenuidades. Esta novela es una celebración de la vida. Es extraordinario que un hombre joven, en 1920, en Llucmajor, quisiera llevar a cabo, sin recursos, el difícil proyecto de una máquina voladora.
-¿Llegó a alzar el 'cometagiroavió' más de 15 metros, como explica en el libro?
-He añadido cosas. La máquina de Pere de Son Gall no estaba pensada para ser pilotada. Era un prototipo que podía subir y bajar. Los vuelos que llegaba a hacer eran más bien gallináceos.
-Parece fascinado por la época de los inventores que fue el inicio del siglo XX.
-Es el momento de la eclosión de la aeronáutica, a la que se apuntan los movimientos vanguardistas y los futuristas italianos. Seguramente encontraríamos bastantes personajes como Pere de Son Gall. Además, después quedó la idea de que Juan de la Cierva le robó el proyecto. Pere de Son Gall murió con el pensamiento de este fracaso porque no había conseguido terminar su máquina y porque le habían robado la idea. En el pueblo lo trataron de loco y, además, de tonto. Surgió el dicho: «Això serà com l'avió d'en Pere», para decir que algo iba a acabar mal.
-En Miracle de Llucmajor aparece la poetisa Maria Antònia Salvà. ¿Son suyos los versos que transcribe en la novela?
-Sí, son suyos aunque todo lo que le hago hacer en el libro es ficticio. Este libro no deja de ser una excursión sentimental a mis orígenes. Maria Antònia Salvà y Pere de Son Gall son las dos grandes glorias locales. Coincidieron en el tiempo. Ella tenía 26 años más que él.