¿Debe quedar definitivamente en la Seu la réplica del tornaveu de Gaudí? Ésta es la pregunta que lanzamos desde aquí a expertos en historia del arte, integrantes del Cabildo y arquitectos. La pieza, instalada en el púlpito mayor del templo hasta el próximo día 1 de octubre, es una interpretación firmada por Elías Torres de la maqueta original diseñada por Gaudí que permaneció en la Catedral entre 1904 y 1971, de donde se quitó por orden de las autoridades civiles porque, entonces, su función de devolver la voz ya la cumplía la megafonía. Ésa maqueta acabó perdiéndose.
Como escribió Pere Joan Llabrés en Gaudí en la Catedral de Mallorca, el arquitecto, «muy preocupado por acercar la celebración y la palabra bíblica al pueblo», colocó el púlpito mayor del lado del Evangelio, el más pequeño en el de la Epístola y «dotó a ambos de un tornavoz». El del mayor, que se estrenó con un sermón de Costa i Llobera en la fiesta de la Purísima de 1904, era de «tela y madera» y de forma «octogonal». Según Llabrés, Gaudí lo imaginó «lleno de simbolismo bíblico», debía ser en piedra y «decorado con ocho ángeles con las alas extendidas formando curvas parabólicas».
La maqueta diseñada por Elías Torres es de yute, tela de saco y resina y ha costado 30.000 euros, costeados por la Conselleria d'Obres Públiques.
Catalina Cantarellas
Catedrática de Historia del Arte de la Universitat de les Illes Balears
Esta profesora de la UIB es partidaria de que el tornaveu diseñado por Elías Torres se quede para siempre en la Seu. «Este elemento [el de Gaudí] ya había sido protegido patrimonialmente por un decreto ministerial de julio de 1969». Además, añade que «históricamente fue destacado por diversos autores, aparte de la impronta que dejó en Le Courbousier», quien llegó a conocerlo y lo dibujo. Finalmente, apunta que la maqueta de Torres «aporta a la Seu una nueva pieza, al estilo de Gaudí, que no entorpece ninguna visión de la Catedral, antes bien, enriquece su patrimonio».
Sebastià Gamundí
Arquitecto diocesano
El arquitecto diocesano lo tiene claro: «Gaudí, que fue un genio, no acertaba siempre, y ésta fue una de esas veces. En aquel tiempo sí tenía el sentido de amplificar la voz, pero, ahora, no lo tiene. Yo creo que esta nueva maqueta no debe quedarse»
Joan Bestard
Canónigo responsable de obras de la Catedral
Bestard quiere dejar claro que habla a título personal. «Creo que podría quedarse definitivamente para acabar de vestir el púlpito mayor». Bestard llegó a conocer el tornaveu de Gaudí «cuando era un cura joven» y aunque le parece que el de Torres «es un poco más grande», no le desagrada: «Está bien hecho, me gusta».
Jaume Carbonero
Conseller d'Obres Públiques y arquitecto
A Carbonero, arquitecto siempre muy interesado por el trabajo de Gaudí en la Seu, le gustaría que se quedara. «Como arquitecto, y reconociendo la competencia y el compromiso adquirido por el Obispado sobre la instalación, personalmente me gustaría que se reconsiderara su carácter temporal por dos motivos: porque es un elemento de reconocido valor patrimonial que procede originariamente de la referencia que dejó Gaudí en la Seu. Por otro lado, si se elimina generará un vacío que no dejará entender en su globalidad la extraordinaria actuación de Gaudí y Jujol en la Catedral».
Mercedes Gambús
Profesora de la Historia del Arte de la Universitat de les Illes Balears
Gambús, que también es asesora del patrimonio artístico de la Seu, no es partidaria de su permanencia. «Desde mi punto de vista estamos hablando, por aproximación, de una propuesta interesante a efectos documentales, pero en modo alguno justificable como objeto permanente en la Catedral, ya que ni es el original gaudiniano, ni es adecuado litúrgicamente por razones acústicas en la década de 2010, cuando el púlpito ha sido sustituido por el ambón y su megafonía». Gambús señala que la pieza de Torres es una «réplica creativa» del original aproximada en dimensiones, pero con «licencias en homenaje a la plástica actual» [se refiere a la decoración roja y oro de su base]. Finalmente, «dada la inversión económica» que ha supuesto, aconseja que la pieza se musealice.
Joan Darder
Deán de la Catedral
El presidente del Cabildo habla aquí a título personal y señala que no sólo es partidario de que se quede esta réplica del tornaveu, sino que va más allá. Reflexiona que, como ha ocurrido en la Sagrada Familia, el diseño de Gaudí, del que existen imágenes, debería pasarse a piedra y finalizarse con la decoración que proyectó el arquitecto. El deán señala que además de la «función física», devolver la voz, el tornaveu tiene «una función simbólica y espiritual», la de señalar que lo que allí se dice, en el púlpito, «es importante». «Está en función del púlpito, no lo podemos mirar aislado del púlpito». Por eso señala que ahora «llena un vacío» y si se quita habrá un «desequilibrio arquitectónico y visual». Como se «hizo en la Sagrada Familia, con todo mi respeto, diría que se termine el tornaveu en piedra siguiendo las indicaciones del arquitecto». Además, Darder recuerda, al igual que escribió Llabrés, la espiritualidad de Gaudí y su interés por resaltar la palabra bíblica a los fieles.
Luis Corral
Presidente del Colegio de Arquitectos de Balears
Para este arquitecto, «sería muy deseable» que la estancia de la réplica del tornaveu en la Seu «se perpetuara» más allá del 1 de octubre próximo. «Estoy convencidísimo de que su lugar es ése, sobre el púlpito mayor» de la Catedra