El escritor mexicano José Emilio Pacheco obtuvo ayer el Premio Cervantes, el más prestigioso de las letras hispanas, por ser, en opinión del jurado, «un poeta excepcional de la vida cotidiana», con «profundidad y libertad en sus pensamientos», y por su «capacidad de crear un mundo propio».
«José Emilio Pacheco se puede definir como el idioma entero», aseguró José Antonio Pascual, presidente del jurado, instantes después de que la ministra de Cultura, Àngeles González Sinde, hiciera público en una rueda de prensa el fallo del premio, dotado con 125.000 euros.
El jurado también destacó «el distanciamiento irónico de la realidad» y el conocimiento lingüístico que hay en la obra del galardonado, de quien ha tenido en cuenta «su condición de poeta excepcional, pero también el que sea un narrador importantísimo», periodista y crítico literario.
Pacheco se enteró de la noticia del premio en Guadalajara (México), donde estos días recibe un homenaje en la Feria del Libro de esta ciudad. «Está muy contento y emocionado», aseguró la ministra, tras haberse puesto en contacto con el ganador.
Y dado que el ganador no pudo estar ayer en Madrid, la ministra quiso rendirle homenaje con la lectura de su poema «En defensa de la ñ»: «Este animal que gruñe con eñe de uña/ es por completo intraducible./ Perdería la ferocidad de su voz/ y la elocuencia de sus garras/ en cualquier lengua extranjera». En conversación telefónica desde Guadalajara, Pacheco quiso dejar «muy claro» que este premio es para «toda la literatura mexicana», porque ésta «no sale mucho de nuestras fronteras. Eso trasciende todo el egoísmo del premio y quiero subrayarlo».
«Nunca pensé recibir este galardón. Lo veía de una forma muy lejana, algo insólito e irrepetible», señaló. Este premio «es de una responsabilidad abrumadora», y espera poder tener tiempo para elaborar «un buen discurso, que esté a su altura».