A partir del próximo mes, quienes paseen al lado del río Santa Catarina, en la ciudad mejicana de Monterrey, podrán disfrutar de una colección de esculturas de gran formato, y entre ellas, una del escultor de Santa Maria Josep Sirvent.
El acero corten y el granito habituales en la obra de Sirvent se abrirán en forma de monumental ventana al paisaje urbano y al natural, incluidas las montañas de la geografía local, «según se sitúe el espectador», comentó ayer el artista.
Porque el escultor ha creado una enorme pieza, que, precisamente, ha titulado Mirada, parcialmente suspendida sobre el cauce del río, una especie de marco sencillo y, a la vez imponente, a la medida de los rascacielos de la city de Monterrey y de la orografía de la zona.
También en este trabajo de Sirvent las cifras que acompañan a la pieza son casi hercúleas: 150 toneladas con forma de rectángulo y 22 metros de altura que darán cuenta de la potencia, peso y fuerza que caracteriza la obra pública de este artista. Ese marco-ventana servirá como puente para el diálogo entre el ser humano y su entorno.