Desde las Islas y Catalunya, donde Baltasar Porcel vivía desde hace décadas, no se eludieron elogios hacia el fallecido escritor. La consellera d'Educació i Cultura, Bàrbara Galmés, expresó su «profunda tristeza» por el fallecimiento de Porcel, el escritor «más relevante, con más proyección y más bagaje de nuestras letras». Galmés recordó que el Govern lo declaró Escriptor de l'Any 2009. La consellera insular de Cultura, Joana Lluïsa Mascaró, constató que el desaparecido escritor «ha logrado por méritos propios situarse como uno de los nombres más importantes de la literatura catalana y mundial». Mascaró destacó su «vitalidad» y rememoró uno de sus encuentros con Porcel, cuando éste le explicó que llevaba una piedra colgada del cuello «porque le traía suerte». La alcaldesa de Andratx, Isabel Alemany, se mostró «dolorida» por la pérdida de un «vecino de gran humanidad, que hizo mucho» por la localidad y «siempre tenía una palabra amable para todos».
El ex conseller de Cultura del Govern, Francesc Fiol, le calificó como una «persona irremplazable, con un universo y unos conceptos propios», y le describió como «una gran fuente de conocimiento y una persona sencilla, afectuosa y cariñosa».
El president de la Generalitat, José Montilla, destacó la figura de Porcel como «la más sólida de las letras catalanas de hoy», que contribuyó a dar a conocer «autores catalanes como Josep Pla». El conseller de Cultura catalán, Joan Manuel Tresserras, definió al escritor de Andratx como un autor «capital» de la literatura catalana de las últimas décadas, y recordó su carácter «impetuoso, de unas aptitudes extraodinarias y con una energía vital y fuerza fantásticas. Era un hombre curioso, inquieto, dinámico y apasionado», añadió. El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, dijo que «ha muerto un mallorquín universal y un barcelonés de corazón». El ex president de la Generalitat, Jordi Pujol, calificó como «dolorosa» la pérdida de un literato «con el que he tenido una amistad muy profunda, aunque no era un hombre de amistad fácil. Era un hombre de un gran carácter, al que le estoy muy agradecido».
Desde el mundo de las letras, una emocionada Maria de la Pau Janer se declaró «muy afectada» por el fallecimiento de «un buen amigo al que quería mucho. Era una persona brillante, con una gran capacidad para fabular». Literariamente, Janer lo calificó de «grandísimo escritor, con una obra muy sólida que ha convertido Andratx en un mito literario. Todos los mallorquines debemos estarle muy agradecido por eso». Además, destacó su «retrato ácido y lúcido de la sociedad en la que ha vivido».
Carme Riera remarcó la «gran obra» del escritor, «una de las grandes de la literatura catalana del siglo XX, con un lenguaje extraodinario». Así, situó sus textos junto a los de Miquel Àngel Riera y Llorenç Villalonga. Melcior Comes le definió ayer como «el escritor mallorquín más grande desde Ramon Llull. Nadie desde Josep Pla había dejada tanta obra y tan buena», comentó. Por otro lado, recordó que «personalmente me ayudó mucho cuando yo empezaba, igual que con todos los que queríamos hacer algo dentro de la literatura catalana». Damià Pons calificó la desaparición de Porcel de «auténtica desgracia, ya que todavía tenía gran cantidad de proyectos, y muchas ganas de vivir». Fue una persona «que vivió intensamente. Tuvo una vida muy fecunda que nos ha dejado libros que son universales».
El último ganador del Premi Josep Pla, Gaspar Hernández, subrayó que «era muy crítico con el estado de la literatura catalana actual: no con las obras ni con los escritores, sino en cómo se hacía llegar a la gente». El escritor Josep Maria Espinàs destacó que «como novelista, conseguía crear una novelística con un carácter propio». Además, añadió que el mayor valor de su obra es «sacar partido de su propia experiencia para crear sus obras». El editor, crítico literario y escritor Josep Maria Castellet le recordó por «la voz propia de su obra, que es lo que distingue a un escritor». Mientras, el fotógrafo Antoni Catany apuntó, agradecido, que «poco después de conocerle, en el 66, le enseñé unas fotografías mías y poco después estábamos viajando a Egipto e Israel. El trabajo se publicó en Destino y así empecé a ser conocido».
Desde el Teatre Principal, su director, Joan Arrom, quiso rememorar el trabajo como dramaturgo de Porcel, que «comenzó escribiendo más teatro que poesía. Rompió con la línea de teatro regional y costumbrista habitual» de principios de los 50. El presidente del Institut d'Estudis Baleàrics, Sebastià Serra, recordó a Porcel como «un hombre muy vital, que redactaba de una forma bestial y brillante». Serra recordó también su «importante labor periodística y su gran valentia durante la enfermedad».
Edicions 62 y el Grupo Planeta fueron algunos de los grupos editoriales que tuvieron palabras de recuerdo para Porcel. El editor de Porcel en castellano, Emili Rosales, le calificó como «un auténtico gigante de la cultura catalana y europea».