JUAN MORA
El barítono Alexander Vinogradov será uno de los protagonistas de la ópera Faust que estos días se ensaya en el Teatre Principal. Será el título con el que arranque la temporada 2009, una producción propia en la que este cantante interpreta al malo de la historia, Mefistófeles. Este título, con música de Charles Gounod, está basado en el poema de Goethe del mismo nombre. La composición, que fue estrenada en 1859 en el Teatro Lírico de París, trata de un hombre que hace un pacto con el diablo, quien promete rejuvenecerlo si le entrega su alma. Las representaciones serán los días 26 y 28.
-Su repertorio es muy amplio. ¿Tiene algún significado especial para usted interpretar a Mefistófeles en Faust o es un personaje más?
-Mefistófeles ha sido para mí un personaje muy especial al que siempre he querido representar, estoy muy contento de tener esta oportunidad. Durante mi carrera he pasado por una evolución y ahora me siento preparado para dar este paso. Nunca es fácil interpretar a un personaje, he estado llevando a cabo muchas horas de trabajo antes de venir a Palma, no solo vocal y a nivel de actuación, sino también lingüístico, porque el francés no es mi lengua materna y he tomado muchas clases para poder llegar al nivel.
-¿Qué tipo de preparación ha necesitado?
-Para llegar al tono de voz he tenido que poner mucho esfuerzo con la ayuda de mis preparadores. Mi preparador vocal ha venido conmigo a Mallorca para asegurar que esté al mejor nivel durante las representaciones. Lo más importante para mí es sentirme muy preparado para poder llegar a tener una confianza total en mí mismo que luego me permita improvisar sin miedo a perderme.
-Faust tiene una antigüedad de 200 años. ¿Qué es lo que la hace tan especial para que sea siempre tan reclamada?
-Faust es una obra excepcional, en mi opinión, ¡ésta es la obra romántica más romántica de todas!. Desde su estreno, me explicó mi pianista, estuvo durante dos temporadas representada en Alemania en alemán y en Italia, en italiano; ¡es increíble pensar que durante esas temporadas no se representó en su lengua original, el francés!. Esto demuestra hasta que punto llegó su fama a Europa. Aparte, Faust es, probablemente, la única obra en la que absolutamente todas sus canciones son preciosas y sus diálogos están compuestos por la magia de Goethe.
-¿Qué sentimientos se expresan en Faust?
-Los personajes de Faust expresan sentimientos con los que podemos sentirnos identificados, como, por ejemplo, el mismo doctor Fausto. Yo puedo verme reflejado en él cuando entro en un estado de tristeza; también con Valentino, un hombre noble que defiende el bien; con Marguerithe, que expresa el sentimiento del amor y la pureza. Mefistófeles representa la maldad y los celos, y aunque con éste personaje no me siento identificado, puedo entender perfectamente su forma de pensar.
-Después de haber actuado en una gran cantidad de teatros de renombre, ¿le parece atractivo actuar en un teatro pequeño como el Principal?
-Lo veo igual que en cualquier otra actuación, siempre pongo el máximo esfuerzo e intento hacerlo lo mejor posible sin importarme donde estoy. Además, estoy muy ilusionado con esta interpretación de Faust, ya que tiene muy buen reparto y promete ser una muy buena actuación. Además, el Teatro Principal de Palma me gusta mucho por su antigüedad. La reforma ha resultado una bonita combinación de lo antiguo con lo moderno. Su tamaño también me gusta, prefiero actuar en teatros pequeños que en teatros grandes, como pueden ser algunos de los Estados Unidos, ¡dónde entran hasta 5.000 personas!
-¿Qué opina sobre la adaptación de obras de opera clásicas a un tiempo diferente al que fueron escritas, algo que siempre suscita polémica?
-Me parece bien mientras no pierdan su esencia, ni las características básicas de los personajes, ni sus sentimientos, ni los diálogos. Si el intérprete no logra identificarse con el personaje, entonces sí hay un problema, pero sino, ¿qué más da matar a alguien con una espada o con una pistola?
-¿El mundo de la ópera sufre la crisis económica? ¿Hasta que punto?
-A mí, personalmente, no me está afectando tanto, pero los teatros sí lo están sufriendo. Ahora tienen problemas a la hora de programar, porque no saben de cuánto dinero dispondrán. En los Estados Unidos ha repercutido muy fuerte porque sus patrocinadores son empresas privadas. Entonces, al ir mal las empresas, obviamente la crisis recae en los teatros. En Italia también se nota mucho la crisis, en Bolonia cancelaron una función en la que yo iba a actuar por falta de fondos. En cambio, en Alemania los teatros llevan mejor la crisis porque el gobierno los subvenciona.