Bilingüe y cosmopolita, pero también nacionalista e internacional socialista, además de intergeneracional: remezcla de referencias e iconos, de claves históricas y lenguajes. Funcionó el experimento, caldeado desde antes de su inicio por un insólito consenso de agradecimiento admirativo a los mayores, convertidos en héroes de la resistencia en un mundo adolescente y sin memoria como el nuestro.
Éxito asegurado por cuanto todos los asistentes comulgábamos con una parte del programa, que además se desarrolló con buen ritmo.
Parlamentos correctos como preludio al aplauso (largo, sentido, entusiasta) a los tres supervivientes que consiguieron sin pretenderlo que se levantasen muchos puños en alto. El resto, un concierto bien llevado por una producción que cuidó los detalles: buena iluminación, transiciones engrasadas, soporte técnico exquisito. Tan bien sincronizado todo y tan respetuoso en las formas manejaban por los artistas sobre el escenario, que en ocasiones podía dar la sensación de políticamente correcto.
Faltó este punto carismático que ha caracterizado y distinguido a los cantautores desde siempre. Es cierto que se invocó el espíritu de Llach (?), Neruda o Víctor Jara, pero apenas se hizo carne y hueso. Quizás hay que atribuir esta languidez musical al talante de la pareja de anfitriones, dos artistas que rebosan dulzura incluso cuando se lanzan a la reivindicación más contundente. El dúo Guillamino"García impuso un tono civilizado y cortés que nos llevó en volandas, al público pero también a los invitados, atendidos con el formalismo de una fiesta protocolaria. Fantástica, por otra parte, la banda, con un saxo sobresaliente: todos supieron adaptarse a los distintos estilos de solistas como Kepa Junkera, Javier Ruibal o Refree. Destacable la aportación vocal de Silvia Pérez y la elegancia final de Maria del Mar Bonet. Como hilo conductor, el exilio, interior y exterior, pasado y actual. De la guerra civil a la postguerra, siguiendo por los movimientos migratorios que empuja la globalización actual. Para sus víctimas hubo un brindis por la integración. Igual nos queda un poco lejos.