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Pegamento y arqueología

Los expoliadores de sa Torre reconstruían las piezas en casa

Los objetos incautados fueron expuestos ayer en el departamento de Patrimoni del Consell. Foto: A. SEPÚLVEDA

MARIANA DÍAZ

«Estamos contentos de que se haya podido romper una cadena de comercio de objetos expoliados y queremos dejar claro que actuaremos contudentemente ante cualquier actuación de esta categoría». Así se expresaba ayer Biel Cerdà, director insular de Patrimoni Històric del Consell, departamento que colaboró con el Grupo Especial de Respuesta al Crimen Organizado (GRECO) identificando las piezas arqueológicas apresadas en la urbanización sa Torre de Llucmajor.

Cabe recordar que la policía encontró un centenar de objetos arqueológicos en un operativo destinado a la busca y captura de traficantes de droga. Para la identificación de estos objetos necesitó el concurso de los técnicos de Patrimoni. Ahora el Consell estudia si se personará como acusación en la causa.

En una primera visita al lugar de los hechos, los técnicos hicieron un inventario de objetos entre los que destacaban ánforas completas, otras a las que les faltaba el pie o el pivote, fragmentos de ánfora, jarras completas o en trozos, tapas de ánfora, piezas de plomo, así hasta cumplimentar un listado de 46 piezas. El 1 de octubre, volvieron a ser requeridos para analizar otro conjunto de 19 elementos.

Según un informe de Patrimoni sobre lo incautado, «nos encontramos ante una gran cantidad de objetos arqueológicos, algunos con un gran valor histórico, de cuatro épocas históricas distintas y de diversa procedencia». En la valoración se añade que «es la primera vez que el Consell participa en una operación de esta importancia» y que «parece que el expolio se ha llevado a cabo en algunos casos con conocimiento de la localización de los yacimientos de los que provienen».

Como recordaba ayer la consellera insular de Cultura, Joana Lluïsa Mascaró, «cuando los materiales arqueológicos se extraen de su contexto, como sucede con los expolios, se pierde la información histórica que puedan aportar», por lo que, «es un golpe para nuestro patrimonio histórico». Porque lo importante no es el valor que los objetos expoliados puedan alcanzar en el mercado ilícito, sino la información que, estudiados en su contexto, pueden ofrecernos sobre el pasado. Por eso, para la arqueóloga de Patrimoni Helena Inglada, esto es, sencillamente, «destrucción de patrimonio histórico» ya que, como dice el informe, las piezas «han sido extraídas sin documentación del contexto arqueológico». La mayor parte de ellas, en su tiempo, habrían llegado por mar de diferentes lugares del Mediterráneo.

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