JONAS CLIMENT
Violonchelista y compositor, Miquel Àngel Aguiló es uno de los valores de la música clásica balear y su curriculum lo certifica. Pluriempleado, dirige la orquesta en la gira de Coser i Cantar, de Antònia Font; interpreta música barroca por Europa con Al Ayre Español y no para de crear composiciones. Las últimas, para los montajes de Climàtic y Melodies de Brouvell, que próximamente subirán al Teatre Principal de Palma. Su siguiente plan: triunfar en la música de cine.
-Su perfil se aleja de la figura del pingüino con batutas, tan asociada a la música clásica.
-Me molesta esa imagen del compositor en frac, el frac es una mierda y tendría que desaparecer. Pone una barrera entre el público y los intérpretes. Con Antònia Font salgo con un mono de mecánico para romper con todo ese rollo. En las artes me gusta desmitificarlo todo. Los compositores también vamos al Carrefour.
-Compositor e intérprete prolífico. ¿Le quedan ganas para escuchar música en su tiempo libre?
-No escucho música en casa porque para mí requiere un gran esfuerzo intelectual. Sin darme cuenta me pongo a analizarlo todo, de los tonos a la grabación. A los compositores la música nos da mucho placer pero no nos relaja.
-Pero si tuviera que ponerse un disco...
-Me gusta la clásica, el jazz, las músicas del mundo y los experimentos raros. Del pop me interesa su constante evolución y capacidad para dejarse influenciar por muchos estilos, de música árabe a electrónica. No sigo mucho el rock, pero reconozco que ha evolucionado muchísimo hacia el virtuosismo, los grupos heavys y hard rock son buenísimos instrumentistas.
-Además de su poca ortodoxia, se ha diferenciado como un artista todoterreno.
-Soy muy ecléctico. Lo que más me interesa de la música es la flexibilidad. Ahora me quiero dedicar de lleno a la música de cine porque, según la época del filme, me pueden pedir música barroca, romántica o contemporánea, la variedad es total.
-¿Qué sucederá con su faceta de intérprete?
-Quiero combinar la composición de bandas sonoras con mi carrera como violonchelista. Actualmente toco música antigua con la orquesta Al Ayre Español por toda Europa y es fantástico porque me permite desconectar por un tiempo de la composición.
-Pronto podremos ver en el Principal dos de sus nuevos proyectos. ¿Qué ha preparado en el montaje Climàtic?
-Es un experimento total, muy personal y ecléctico. He querido hacer una visión personal del cambio climático, pero sin dar lecciones. Será un espectáculo global con proyecciones, una bailarina, músicos en directo y otras sorpresas.
-¿Y para Melodies de Brouvell?
-Al ser un espectáculo inspirado en Broadway, me pidieron música estilo años 40, cabaret y charlestón. Suena realmente antiguo. La obra será una gamberrada total, con letras políticamente incorrectas. Todo el mundo se nos va a tirar encima.