CELIA HEREDIA
Los amantes de Frederick Forsyth conocen bien el thriller policíaco, como Jaime Morell, que durante su infancia dedicó gran parte de su tiempo estival a la lectura de sus novelas. Ahora, Morell acaba de publicar El Juicio de Paris (Ediciones Vía Magna), una novela de suspense que quedó finalista en el concurso literario de la web yoescribo.com.
¿Qué ocurre cuando una estudiante de Historia del Arte aparece asesinada en la biblioteca de un museo, justo el mismo día en que desaparece una de las obras más valiosas de Peter Paul Rubens? Éste es el punto de partida de El juicio de Paris, título que se corresponde con una de las pinturas más importantes del pintor flamenco. «Cuando visité el Museo del Prado y vi por primera vez este cuadro, me di cuenta de que detrás de él podía salir una novela», confesó Morell.
El escritor ha sabido crear un paralelismo entre la historia que narra la pintura, en la que Paris debe juzgar la belleza de tres diosas griegas, y su novela, que transcurre entre Madrid y Oriente Medio.
El libro está estructurado en 27 capítulos que, a su vez, se dividen en dos partes. «En la primera narro el robo y el asesinato de las descartadas, que en el cuadro serían dos de las diosas que han sido juzgadas por Paris». Mientras que, en la segunda, Morell plasma «el instinto de recuperación del cuadro y el instinto de recuperación de la diosa».
Describir robos, secuestros y asesinatos es una tarea complicada que a veces nace «de una mente enferma», bromeó Morell, y añadió que escribir novela de este género no es algo que pueda hacer cualquiera. Para el escritor novel, lo más difícil fue decidir el final, ya que según él «es la parte más importante de la novela de misterio, que jamás puede ser decepcionante para el lector». El arte, el suspense e incluso el entramado de la cultura talibán se funden en un volumen que fue escrito antes de El Código Da Vinci y con el que su autor invita a quedarse enganchado desde el primer capítulo.