Tras un largo silencio, la incertidumbre se disuelve en un tono de llamada. Palma-Cuba, conexión establecida. Suena una voz femenina de marcado acento cubano. Pregunto por Bebo. «Querrá decir Chucho», me corrige la mujer. «Eso, eso», disimulo como buenamente puedo, «con Chucho». La mujer me pide que por favor llame más tarde, «Chucho está en el baño». La parsimonia cubana es inquebrantable y hay que saber respetarlo, también admirarlo (que disfruten aquellos que aún viven al margen de la vorágine occidental, aunque está por ver por cuánto tiempo).
Minutos más tarde, responde Chucho (Valdés hijo), quien junto a su padre protagonizará un concierto (a dos pianos) el próximo sábado 25 de octubre en el Auditòrium de Palma.
Antes de entrar en la música, la pregunta obligada es sobre el huracán Ike, el cual ha provocado recientemente graves daños materiales y varios muertos en Cuba. «El ciclón ha sido terrible, devastador, ha sido una destrucción absoluta, terrible, terrible, muy malo», explica Chucho, obviamente afectado, por mucho que su voz conserve intacta su tono alegre y campechano.
«Son dos pianos, Bebo y yo, que es el formato del disco [cuya publicación está prevista para octubre, bajo el nombre de Juntos para siempre], es música tradicional cubana de todos los tiempos interpretada por ambos y una composición que Bebo me dedica a mí y otra que yo le dedico a él, porque nosotros cumplimos años el mismo día y este disco sale precisamente por nuestros cumpleaños [ambos nacieron el 9 de octubre]», aclara el célebre pianista sobre el formato del concierto, basado en la misma fórmula del disco.