Los máximos representantes de las instituciones baleares asistieron al acto de inauguración del nuevo auditorio municipal de Porreres, un centro que promete ser una de las escuelas de formación musical con más actividad de la Isla.
El nuevo edificio se encuentra en el centro del pueblo y ayer el presidente del Govern balear, Francesc Antich; la presidenta del Parlament, Maria Antònia Munar; la presidenta del Consell de Mallorca, Francina Armengol y el alcalde de Porreres, Bernat Bauçà, inauguraron el auditorio por segunda vez en su historia. La primera fue en 1945, año en que Can Boterí empezó a dar cobijo al cine, el teatro y la música.
Sin embargo, el flamante nuevo auditorio va mucho más allá de un simple espacio escénico. El edificio será la sede de la Filharmònica Porrerenca, la entidad más representativa de la música en el pueblo. Además, el espacio acoge desde hoy la escuela de música municipal y aulas para las agrupaciones de ball de bot y para la coral.
En el turno de intervenciones, el ex alcalde y director general de Promoció Turística, Joan Sastre, recordó la historia del Auditori situado «en el corazón de Porreres y en el corazón de los porrerencs». El alcalde Bernat Bauçà avanzó «una etapa de plenitud cultural, gracias a este nuevo espacio tras un largo y costoso trabajo». Por su parte, el president Antich calificó este Auditori como «una máquina de hacer cultura», mientras que Armengol recordó el esfuerzo de las instituciones para que este espacio fuera una realidad.
Para inaugurar el nuevo escenario, Porreres ha reconocido a título póstumo a Joan Mesquida y su viuda Aina Ferrando con la Medalla de Oro del municipio por ser los impulsores del museo y el fondo artístico del pueblo. El matrimonio donó en 1982 las dieciocho obras de arte de prestigio con las que se inició la colección de arte contemporáneo de Porreres.
El president Antich y el alcalde Bauçà entregaron la distinción y un ramo de flores a la viuda Aina Ferrando y a uno de sus hijos, Antoni, quien fue el encargado de leer el discurso de agradecimiento por tal distinción. Antoni Mesquida recordó la figura de su padre y unos pasajes a modo de anécdota, paseando padre e hijo por las calles de Porreres. Con todo, el pueblo se volcó con el reconocimiento a tan ilustre matrimonio y dar inicio a las fiestas de Sant Roc.