MARIANA DÍAZ
El Castell de Bellver se pone al día, en lo que se refiere a su modelo de gestión y adecuación a la Llei de Museus, con la redacción de un Plan Director 2008 - 2013, pendiente aún de aprobación por el pleno de Cort. Tras finalizar las obras de rehabilitación en la torre de l'Homenatge, comenzó una nueva etapa para este Bien de Interés Cultural (BIC) que recibe 300.000 visitas al año y que, según su directora, Magdalena Rosselló, es un «emblema» de Palma. Lo importante es que el plan afecta «al conjunto del castillo» y que permitirá ir poniendo en marcha cada año trabajos de «conservación, adecuación y exposición». Entre los proyectos estrella, las obras del centro de recepción de visitantes, aunque hay otros menos espectaculares, pero igual de importantes y necesarios.
Al igual que sucede con otros monumentos históricos y patrimoniales emblemáticos, el castillo es «un pozo sin fondo». Su infraestructura necesita un mantenimiento constante. «Aquí siempre tenemos proyectos en fase de redacción para mantenimiento, proyectos aprobándose o no, en busca de financiación y en ejecución», apunta Rosselló.
Uno de esos proyectos ya en marcha es el de renovación de la instalación eléctrica, menos vistoso que otros, pero, sin duda, de vital importancia, ya que el cableado era obsoleto.
Según la directora, «es un tema importantísimo, ambicioso y que no afecta a la estructura». En el suelo de algunas de las salas ya se ven las canaletas con tapa de madera que acogen el nuevo cableado. Durante el acto de anteayer viernes en recuerdo del científico Francesc Aragó (1785 - 1853), el patio estrenó focos a ras de suelo. El remate de este apartado culminará con nuevas luminarias.
En la Sala Jovellanos finalizó la restauración de un nervio del arco de la bóveda. El siguiente paso será musealizarla. En octubre se inaugurará una exposición sobre este ilustrado que estuvo preso en el castillo en el siglo XIX, muestra que quedará de manera permanente.