No se considera fotógrafa, es artista. Siempre ha sido una artista, incluso en el tiempo que decidió desaparecer de la vida pública tras el fallecimiento de su marido. Fotógrafa, escritora, intérprete, compositora... y madre, es Patti Smith (EE.UU., 1946). Tiene arte sobre el escenario, cuando se baja de él y cuando se presenta ante la prensa como lo hizo ayer en la Fundació Pilar i Joan Miró de Palma, donde inauguró la exposición Patti Smith. Fotografía.
Era la primera vez que se presenta en la Isla y lo hizo con su Polaroid y su guitarra. Fotografía y música, conectadas, porque muchas de las imágenes son captadas cuando está de gira y otras, fruto de la meditación. «Entre mis fotografías y mi música existe una conexión orgánica», explicó la cantante, ante un auditorio repleto también de seguidores, a quienes regaló uno de sus temas.
No quiere perderse un instante, un pequeño momento irrepetible, le gusta pasear con su cámara, «la instantaneidad es buena para mi». Cautivada por los pinceles de Miró, por el estudio Sert de la fundación, Patti Smith confesó que le gustaría volver a entrar en él. «He hecho algunas fotos que considero de estudio, he hecho muy pocas porque normalmente fotografío sola y me gustaría volver, me interesa captar los lugares donde la gente trabaja o ha trabajado», comentó la intérprete.
La exposición
Las zapatillas de Nureyev, la cama de Virginia Woolf, el Panteón romano, la máquina de escribir de Hermann Hesse o la Sagrada Familia, de Barcelona, son algunas de las imágenes que conforman la muestra de 33 fotografías en blanco y negro con las que la artista «recupera momentos de soledad». «Una gran parte de mi trabajo se está preparando para una exposición en Francia, las fotografías que presentó aquí son esas que me gusta mirar y que tengo en un cajón».
«Tras la muerte de mi marido, me costaba mucho expresarme, encontré en la fotografía un acto de meditación» porque era algo «sencillo, simple, directo y me permitía sacar todo lo que llevaba dentro», comentó la fotógrafa, quien reconoció: «Soy mala en la técnica».
Patti Smith se siente alagada cuando se refieren a ella como mito. «Es bonito que la gente te vea así y que piensen que estás haciendo bien tu trabajo, como ser humano no soy especial, todos tenemos algo que ofrecer y lo importante es preocuparse por hacer las cosas bien».
La exposición se incluye dentro del festival Alternatilla y las fotografías, que pueden verse hasta el 16 de marzo, fueron tomadas por la artista entre los años 2003 y 2008. Su trabajo y los viajes le permitieron visitar el pasado verano hasta 40 países. «Viajar me permite ver cosas interesantes y maravillosas», explicó la intérprete, quien reconoció que lo más importante en su carrera es haber tenido a su lado a gente muy fiel, que le ha hecho sentir «muy afortunada».