El deporte establecerá un diálogo artístico en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Serán esculturas de todo el mundo las que se expondrán cerca de las instalaciones donde se celebren las Olimpiadas, durante los meses de julio y agosto. Entre ellas estará El guardián de los ideales olímpicos, una escultura de la artista, afincada en Campos, Eva Choung-Fux (Viena, 1935).
«Es un espíritu, una forma humana, algo abstracto, un ángel que no es humano, que no es de carne y hueso», explicó la artista. «Es un guardián visible, pero transparente». La agilidad adquiere la imagen del deporte, por ello Choung-Fux ha dado forma a este guardián que atraviesa «un agujero, la frontera que separa lo material de lo espiritual contribuyendo a que los Juegos Olímpicos también la crucen».
La obra, realizada con varillas de cobre «de diferente diámetro», tiene una altura de 5 metros. Además, en ella destaca el color del material que Choung-Fux ha creado sobre el cobre «a través de un proceso químico», una patina verdosa, para que la pieza, «sea vibrante a contraluz», explicó Choung-Fux.
«El proceso de fundición lo realicé en el taller Mau Yi Dong», señaló la artista. Se trata de uno de los talleres de fundición de esculturas más grandes que existen en China. «La escultura todavía no está terminada», comentó la artista, quien explicó que la base que sujeta la pieza no se ajusta a lo que quería. Choung-Fux confesó que no sabe dónde estará ubicada, «todavía se están barajando distintas posibilidades para que mi obra se encuentre en armonía con el espacio que la rodea». Además, la pieza formará parte del patrimonio cultural chino, ya que después de las Olimpiadas la obra se quedará allí.
Serán 50 esculturas las que «iluminen la ciudad de Pekín durante las olimpiadas». Esculturas realizadas por 25 artistas chinos y 25 de procedencia internacional, entre los que también estará, según Choung Fux, Xuxo Vázquez, un escultor del País Vasco.
Eva Choung-Fux expuso en el Es Baluard su audiovisual Survivors. Catedrática de la Universidad de Artes Aplicadas de Viena entre 1968 y 1993, la artista tiene una larga trayectoria dentro del área de las artes plásticas. De su obra destacan las influencias orientales y la pasión por la tierra que la acoge, el empleo de materiales naturales y artificiales reciclados, en series dedicadas a homenajear a escritores como Ramon Llull, Damià Huguet o Blai Bonet, entre otros.