JONAS CLIMENT
La escena musical mallorquina se está renovando con la reciente aparición de una serie de bandas que han importado el movimiento scene de los países anglosajones: una tendencia musical y cultural que engloba géneros relativamente nuevos como el emo, scremo, posthardcore y metalcore.
Este último parece haber irrumpido con especial fuerza y cuenta ya con diversos grupos locales que se están dando a conocer con conciertos. Entre ellos, destacan Noiseast, Brutal Murder, Pray to Stay Alive, Undercore y Bleed out. Estos dos últimos actuarán el viernes 21, a las 21.00, en Es Generador (Son Caliu).
La Generación de los 90
La primera generación de metalcore surge en los noventa cuando algunos grupos de hardcore norteamericanos, como Hatebreed o Terror, incorporan al estilo características del metal, encrudeciendo su sonido. El resultado se etiqueta entonces como hardcore metal o tough guy hardcore (hardcore para tipos duros). Esta última denominación define con certeza la esencia del estilo; las letras proponen, en clave beligerante, la defensa de valores como el honor y la identidad, con cabida también para la canción política. Filosofía que va acompañada de una estética imponente: prendas anchas, pelo corto o rapado, tatuajes con mensaje y una simbología violenta. El más destacado exponente en Mallorca fueron los desaparecidos Nazgul.
Entrados en el siglo XXI, el metalcore ha reaparecido por todo lo alto con un sonido reformulado y un nuevo imaginario. La lucha social y la fraternidad de la vieja escuela han sido sustituidas por un humanismo decadente; patente en la estética, con iconos como corazones sangrantes, y en sus letras, las cuales versan, a menudo, sobre la tragedia del amor. Aunque, en el grupo Undercore, explica su vocalista, Jay, «preferimos hablar de nuestro crecimiento personal, de no ser nada a conseguir ser un grupo».
Por otra parte, la música presenta una mayor influencia del metal, más velocidad, virtuosismo técnico y variedad de registros. Así, en la nueva hornada de grupos no es raro escuchar la inclusión de estribillos más propios del emo, como en los norteamericanos As I lay Dying, hasta el influjo del deathmetal, en los ingleses Bring me the Horizon.