Hace unos meses, el cristal de uno de los vitrales que Miquel Barceló diseñó para la Capella del Santíssim de la Seu se rompió después de una tormenta. Tras el incidente llegó el momento de decidir quién pagaba la reparación. El Cabildo aseguraba que tenía que ser el artista y, el artista, el Cabildo. Ahora, la Seu ha decidido pagar la factura, que asciende a 4.000 euros, para «limar asperezas», según indicaron fuentes del Cabildo.
Sin embargo, y a pesar de esta decisión, «la Catedral no se hace responsable de los daños» porque no considera que fuera su culpa. «Los cristales estaban mal sellados ya que sólo se sujetaban al marco mediante cuatro puntos. Fleury, el encargado de realizarlos, nos dijo de palabra cuando se dio a conocer el problema que pusiéramos silicona por todo el vidrio», dijeron las fuentes.
Otro de los temas que todavía está pendiente es quién abonará los cerca de 90.000 euros que costaron los vitrales de seguridad. El contrato entre Miquel Barceló y la Catedral estipula que el artista «tenía que pagar el coste de los vitrales», por lo que la Seu sobreentiende que deberían incluirse los nuevos cristales de seguridad. «Barceló ha cobrado 1.150.000 euros por los vitrales, un precio excesivo, que debería incluir estos vidrios porque forman parte del conjunto», informaron dichas fuentes.
Desde el Cabildo se aseguró que las vidrieras diseñadas por Barceló no han gustado porque el diseño «no fue el aprobado por el patronato de la Fundació Art a la Seu». «Los vitrales tenían que reflejar qué ve una persona a seis metros de profundidad en el mar Mediterráneo». Sin embargo, el resultado es «un mar triste». Según las fuentes, Barceló dijo que era «el ambiente adecuado para un espacio destinado a la plegaria». Las fuentes, por su parte, indican que Barceló «quiere demostrar que la Iglesia es oscurantista».