MARIANA DÍAZ/ANA LARGO
La nueva ubicación de la Fira del Llibre en la Plaça de ses Estacions de Palma, que comienza el viernes 25 mayo, ha sido acogida con ilusión por la mayoría de los libreros participantes en esta acontecimiento anual protagonizado por la literatura, que este año celebra su 25 aniversario. La feria necesitaba un espacio céntrico, de fácil acceso y muy transitado, por eso, de todas las opciones planteadas por el propio gremio y el Ajuntament, ses Estacions destacó como el espacio más adecuado, pese a que la mayoría de la quincena de librerías participantes siguen viendo el Born como el «lugar ideal» para acoger el evento cultural por excelencia de la primavera. Hay que recordar que en la edición del año pasado los comerciantes del Born exigieron que las casetas de los libreros no les dieran la espalda. De esta manera, la feria perdió el ambiente del espacio central del paseo. La falta de acuerdo entre comerciantes y libreros llevó a que se plantearán otras opciones para que la feria recuperara el encanto de otros años, teniendo, de esta forma, que desechar la opción de volver a celebrarla en el Born.
Las expectativas para este año son buenas y ses Estacions apunta a ser, según los libreros, el mejor de los espacios que se podía elegir. «Estamos contentos porque este año la ubicación de las casetas es más homogénea», asegura Inés Rotger, de las librerías Campus y Ereso y la Distribuidora Rotger. La primera edición de la Fira del Llibre en ses Estacions no deja, sin embargo, de tener sus pros y contras. Por un lado, destaca como positivo que es un lugar de paso para viajeros del metro, trenes y autobuses, por lo que no sólo la visitaran los palmesanos, sino turistas y gente de la Part Forana que viaje hasta Palma. Pero, además, es un lugar céntrico, con párking cercano, con cafeterías y terrazas próximas, comercios, etc. «La ubicación nos gusta, se acerca al centro. Además de los clientes habituales a la feria, creo que vendrá más gente», afirma Concha Morlà, de la librería Des Cal. De igual opinión es Miquela Serra, de la librería Quart Creixent, quien reconoce que «es un espacio céntrico y estamos seguros de que tendrá una buena acogida, aunque siempre hemos preferido el Born, pero con el montaje antiguo, no como el último año».
Sin embargo, la falta de sombras y un circuito o montaje más abierto y menos unificado, y un cierto escepticismo por parte de los libreros sobre el funcionamiento de la feria, se perfilan como algunos de los inconvenientes. «Los resultados son una incógnita. El Born era un sitio ideal, pero los comerciantes, después de aguantar obras durante cuatro años, tienen también derecho a estar tranquilos y comprendo su queja y creo que vale la pena respetarlos», comenta Francesc Mol, de Llibres Mallorca. Algunos de los miembros del gremio que participan en la 25 edición de la Fira del Llibre tienen, aún así, puestas grandes expectativas y se muestran optimistas. «Este año es una prueba y si hay fallos o cosas mejorables para próximas ediciones como la falta de sombras, seguro que con ingenio las solucionaremos para que esta feria cada vez sea mejor», puntualizó Concha Morlà. También Xavier Abraham, de Llibres Sagitari, cree que el problema del calor se podrá solucionar en la edición de 2008 y el lugar le parece «fantástico». Para el poeta y librero, las condiciones que reunía el Born como lugar «céntrico y de movimiento de gente son las mismas de las que ahora goza la zona de la Plaça d'Espanya» por lo que el gremio ha hecho «una elección acertada». Horacio Alba, de la librería Casatomada señala que «habrá que ver, pero si funciona la mitad de bien que cuando estuvimos en la Plaça d'Espanya, me irá bien; veremos si esto da un impulso a la feria» y Leonardo Saínz, de Signe Llibres apunta que «cuando hay un mal año de venta en librería, y éste lo ha sido, en Sant Jordi y en la feria parece que la gente compra».