JOAN CABOT
«Lo grabamos en cinco días», comenta Rodrigo Caamaño, guitarrista y cantante de Triángulo de Amor Bizarro. El grupo gallego actuará esta noche en la sala Sonorama, donde cancelaron su actuación hace apenas unas semanas. Estarán acompañados por Doctor Martín Clavo.
Su grupo acaba de publicar uno de los discos más sorprendentes. En lo que llevamos de año, su irrupción ha sido una de las mejores noticias dentro de una escena indie que empieza a acostumbrarse a las ficciones pasajeras. Ellos no son cool. Molan. Y molan porque hacen rock a quemarropa, con letras homicidas, cargadas de electricidad. Suenan a The Jesus & Mary Chain, a My Bloody Valentine y The Telescopes, pero también a El Niño Gusano y 713avo Amor, por su poética bastarda y sus conexiones con el cine de Buñuel, al que citan entre sus influencias. «En España tenemos una cultura rica y algo siniestra, gente como Quevedo o Goya. Ahora no se les da ese sentido de cultura pop, pero en su momento lo eran».
«En el grupo todos somos unos grandes consumidores de cultura. No somos eruditos ni nada de eso. Nos va tanto la cultura basura como la agricultura», bromea. A la hora de citar qué parte de todo eso les ha influido a la hora de escribir canciones como El himno de la bala, El crimen: como ocurre y como remediarlo o Ardió la Virgen de las Cabezas, Rodrigo empieza precisamente por allí, por la religión. «La iglesia católica. No es que comulgue con sus ideas, pero soy de pueblo y mis padres me llevaban a misa los domingos. A base de ver santos algo acaba quedando. También nos influye el cine de Luis Buñuel y David Lynch. Pero también el cine basura, no es que seamos unos exquisitos».
Grabado con Carlos Hernández y con colaboraciones de Joaquín Pascual de Mercromina, Triángulo de Amor Bizarro (Mushroom Pillow, 07) es todo lo contrario de un disco pretencioso. Directo, frontal e intenso por los cuatro costados, pero a la vez personal. «Nos lo tomamos como 'vamos a echar toda la mierda que tenemos dentro, vamos a desahogarnos bien'. Hemos hecho este disco como si fuera a ser el último. Esto es lo que nos sale».