La discoteca Art Decó del Passeig Marítim de Palma acogió ayer la fiesta-concierto inaugural de la cuarta edición del Jazz Voyeur Festival a cargo de la Dirty Dozen Brass Band de Nueva Orleans. En esta edición el festival ha invitado, además, a participar a artistas locales en cada uno de los conciertos y ayer fue el turno de los Wonderbrass. La Dirty Dozen Brass Band se encuentra en estos momentos de gira europea presentado su último trabajo, What's Going On, un homenaje al cantante de soul Marvin Gaye. Durante las últimas semanas los músicos recorrieron varias ciudades españolas haciendo llegar a todo el público la genuina y tradicional música de las bandas de metales de Nueva Orleans. El grupo aterrizó ayer en la Isla, por primera vez, tras llenar el jueves el Gran Teatro de Alicante. «Nunca sabes qué tipo de gente te vas a encontrar, pero cada concierto se ha convertido en una fiesta y nuestra música tiene una gran aceptación por parte del público», comentó Efrem Towns, fundador de la banda.
No son sólo una banda de jazz. Llevan treinta años juntos sobre los escenarios y se atreven con diferentes estilos como bebop, rock and roll, rhythm and blues o el rap y, sobre todo, apuestan por la improvisación. «La música está muy bien estructurada en cada concierto, pero siempre dejamos un espacio para la improvisación, que fluye fácilmente gracias a la cantidad de años que llevamos tocando juntos, y siempre suele estar contagiada por la relación que mantenemos con el público», comenta Roger Lewis.
Los músicos aprovecharon también para comentar cómo se encuentra Nueva Orleans tras el paso del huracán Katrina. «Es un desastre y hay muchos problemas para los músicos», lamentaron Roger Lewis y Efrem Towns, quienes reconocieron, sin embargo, que «la gente ama la música y Nueva Orleans volverá a ser lo que era». Con la fiesta concierto ofrecida por la Dirty Dozen Brass Band arrancó ayer la edición de este festival, que cuenta con el Teatre Principal como escenario para los próximos conciertos.