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La compañía TIC apuesta por el subconsciente en su nuevo montaje

'Oníric', basado en el mundo de los sueños, se estrenará el 27 de abril en Lloseta

El equipo que integra 'Oníric'. Foto: JAUME MOREY

LAURA MOYÀ

El mundo de los sueños puede crear imágenes cercanas a la realidad, pero repletas de hechos subjetivos que se escapan de la lógica. Dentro de su lógica, es un universo ilógico, sin reglas, que se nutre del día a día y de las vivencias de cada persona. La compañía Teatre Independent de Ciutat (TIC) ha decidido indagar en este mundo en su nuevo montaje, Oníric, que se estrenará el próximo 27 de abril en el Teatre de Lloseta.

Historias oníricas que se mezclan con la realidad, sueños que pueden formar parte del presente o no. La obra deja que «el espectador escoja» lo que más le convenza, según Toni Oliver, encargado de la dramaturgia junto a Biel Jordà, quien también dirige. «El trabajo de investigación ha sido fundamental. Hablamos con el doctor Melcion Puigserver, quien nos introdujo en la temática onírica», aseguró Oliver. Después, recopilaron sueños e idearon la trama, surgida, en parte, de improvisaciones realizadas junto a los actores protagonistas (Luca Bonadei, Lluqui Herrero y Lydia Sánchez). Por último, cogieron cada uno de los elementos, los mezclaron y Biel Jordà y Toni Oliver se sentaron a escribir. «El tándem funcionó muy bien en Amics, nuestra primera colaboración, por eso decidimos repetir», comentaron satisfechos.

En el fondo, Oníric tiene como objetivo que «el espectador se de cuenta de que los sueños nos pueden ayudar a ser mejor persona». ¿Por qué? «Porque transmiten una información que deberíamos intentar traducir a nuestra vida real». Pero, ¿qué papel ha tenido el subconsciente a la hora de escribir el texto? «En el subconsciente se almacenan sentimientos que nuestra parte consciente reprime». Cuando aparecen, lo hacen convertidos en sueños, hecho que se ha potenciado en la obra. La escenografía, «sencilla, pero basada en proyecciones audiovisuales», y el vestuario, «espectacular», se convierten en dos elementos trascendentales en Oníric. De esta manera, aparecen un vestido de 9 metros de largo y 6 metros de ancho y un corsé en forma de pavo real que se adaptan a un escenario circular. Bito y Miquel Mesquida se han encargado de la escenografía e Isabel Castro, del vestuario. En total, Oníric se compone de unas 25 escenas que se van mezclando. «Ni el texto ni la puesta en escena están cerrados. Continuamos trabajando y, probablemente, seguiremos hasta el día del estreno». ¿Por qué? «Porque estamos ante un proyecto de creación colectiva» que se deja seducir por los sueños. Y también por el subconsciente.

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