M.D.
Rogelio Araújo, concejal de Cultura de Cort, fue elegido ayer por mayoría absoluta nuevo presidente de la Fundació Es Baluard en sustitución de Pere A. Serra, president del Grup Serra, quien hace unos días anunció su dimisión en el propio museo durante la presentación del libro Memòries d'un Museu. Diàlegs en es Baluard, del que es autor.
Según un comunicado de Es Baluard, donde ayer se celebró una reunión de la comisión ejecutiva del museo, Araújo fue elegido «por mayoría absoluta» por el patronato, integrado por «representantes del Govern de les Illes Balears, el Consell de Mallorca y el Ajuntament de Palma».
En el citado comunicado se añade que los miembros del patronato «respetan la decisión de Pere A. Serra y le agradecen el trabajo, el impulso y su dedicación, sin los cuáles no hubiera sido posible disponer de un equipamiento cultural de esta características».
Tras su nombramiento, Rogelio Araújo señaló ayer por la tarde que su trabajo al frente del centro será de «continuidad de la labor del anterior presidente». A pocos meses de las elecciones municipales, que tendrán lugar en mayo, Araújo se pone como meta una labor de «continuidad del buen hacer del anterior presidente».
El nuevo presidente de la Fundació Es Baluard seguirá trabajando por el museo desde varios frentes, como recordó ayer. «Desde la comisión ejecutiva, mi labor será la misma que hasta ahora, y desde la presidencia, además, tendré que ejercer labores de representación». Pero, sobre todo, destacó la situación de «normalidad» que significa este relevo al frente de la Fundació, que calificó de institución «madura». El también concejal de Cultura de Cort aprovechó para destacar un «doble mérito» de Pere A. Serra. Por un lado «el impulso que dio al proyecto del museo, sin él no se hubiera puesto en marcha»; por otro, «su implicación durante estos tres años».
Por otra parte, en cuanto al problema surgido anteayer en la escultura de Calatrava, Araújo comentó que «han venido unos ingenieros del despacho de Calatrava y son ellos los que tienen que evaluar lo que ha sucedido». De momento, hasta nuevos datos, calificó la rotura de un tensor como una «pequeña anomalía».