M.T.F.
La Casa de la Iglesia acogió ayer tarde la que, previsiblemente, será la última reunión del patronato de la Fundació Art a la Seu antes de la inauguración de la intervención que Miquel Barceló ha realizado en la Capella del Santíssim, acontecimiento en el que se espera a unas 3.000 personas. Puntualmente fueron llegando los miembros del patronato: Francesc Fiol, Dolça Mulet, Rogelio Araújo, Rafel Perera, Avel·lí Blasco, Mercè Gambús, Gabriel Barceló, Josep Oliver (en representación del conseller de Turisme), Joan Darder y el obispo Jesús Murgui, acompañado por su secretario, Antoni Burguera. El último al llegar, en un coche oficial, fue Miquel Barceló.
La orden del día constaba de cuatro puntos: aprobación del acta anterior, preparativos de la eucaristía y la bendición de la capilla, peticiones particulares, y ruegos y preguntas. El primer punto a tratarse fue el de las peticiones particulares del artista, que expuso sobradamente y que consistían en añadir tres nombres (Gabriel Mesquida, Sebastià Gamundí y Vicenzo Santoriello) en la lápida conmemorativa que la Fundació Art a la Seu colocará a los pies de la obra de Barceló, cerrar la capilla para preservar la obra y prever la edición de un libro conmemorativo.
Al acabar su exposición, a las 17.50 horas, el artista felanitxer salió de la Casa de la Iglesia sin hacer ninguna declaración a los medios. Fue ya al acabar la reunión, cuando la portavoz de la Fundació, Mercè Gambús, explicó que la institución había «confirmado el texto de la lápida», tal como ya publicó Ultima Hora. De hecho, «la lápida fue una iniciativa de Art a la Seu para destacar las instituciones y personas que han colaborado directamente en hacer posible el obra» por lo que los patrones no vieron la necesidad de poner los nombres que pretendía el artista en esta placa.