L.MOYÀ
Un contrapunto. Con esta palabra define Pep Roig la exposición que inaugura esta noche en la galería El Temple porque, en el centro de arte, no podrá verse al artista que se presenta en blanco y negro en las páginas de Ultima Hora, si no a otro lleno de color y de optimismo. Un autor «más desconocido» que sorprenderá «a todos» y que ha dejado de lado su vertiente «más ácida», según el artista. La muestra, compuesta por piezas creadas este año, recorre el personal universo de Roig. «No sé pintar ni dibujar, hago lo que me surge», reconoce. Y lo que surge son «caras, cuentos, personajes o amores prohibidos que tienen su propia historia». Porque cada cuadro conforma un universo propio que bebe de instintos. «Cuando empiezo una obra no sé dónde me llevará. He llegado a pensar que sólo soy un instrumento que aguanta un pincel, que el pincel es quien me guía», aseguró.
El color es la nota predominante de la exposición. «Es mi cara oculta». Amarillos, rojos y azules muy contrastados se entremezclan en obras de pequeño y gran formato pintadas en unos momentos de «intenso dolor físico». «No sabía si lograría acabar a tiempo las piezas y tampoco cómo quedarían. Estoy contento porque, a pesar de haberme podido dejar llevar por el negativismo, los lienzos recogen mis ganas de vivir y de estar con mis amigos», afirmó.
«Me gusta empezar cosas nuevas que después termino abandonando porque enseguida me aburro. Soy inconstante por naturaleza. Las exposiciones me obligan a terminar mis cuadros que, por mí, nunca acabaría». El artista considera que es la propia obra la que le dice cuándo está lista, aunque, para él, «en todas podría cambiar elementos». «Todo se puede mejorar».
PEP ROIG Galería El Temple. c/ Ramon Llull, nº 18. Inauguración a las 20.00 horas