NURIA ABAD
La obra de Josep Maria Alcover está considerada como una de las más rigurosas y esenciales aportaciones a la escultura contemporánea en Balears, una original respuesta a la tradición minimalista y conceptual que ahora es objeto de revisión en una muestra que el Casal Solleric dedica a los últimos once años de trabajo del artista.
Alcover 1995-2006, exposición que se inaugura hoy a las 20.00 horas y que permanecerá abierta al público hasta el próximo 21 de enero, «examina su conocida época del plomo y, a partir de aquí, se muestran trabajos realizados durante los tres últimos años, basados en el comportamiento de nuevos materiales como el estaño, la escayola y el hormigón, fluidos que tienen la capacidad de convertirse en sólidos y que, por tanto, adoptan formas distintas según el tratamiento a que son sometidos», explicó ayer Pilar Ribal, comisaria de esta retrospectiva.
«Si esta muestra es una retrospectiva significa que las obras que le dan forma han superado año tras año una serie de pasos selectivos que le confieren un carácter actual», afirmó Alcover, un carácter al que Ribal añadió otros aspectos como «la escala humana mediterránea, la manualidad artesanal y la forma orgánica en contraposición a la perfección de corte industrial o una interpretación de la unidad basada en la diversidad».