LAURA MOYÀ
El departamento de Cultura del Consell está trabajando en la elaboración del Mapa de Lectura Pública de Mallorca para conocer cuáles son las carencias y los problemas de las bibliotecas de la Isla. El estudio servirá como «instrumento para planificar las actuaciones de las administraciones públicas en materia de bibliotecas públicas ya que dará a conocer el estado en que se encuentran y, por tanto, cuáles son los parámetros a mejorar», explicó Guillem Ginard, director insular de Cultura del CIM. Nativitat Muntaner ha sido la técnica del Consell encarga de elaborar el documento. En primera instancia, Muntaner ha realizado una introducción histórica muy detallada que abarca desde la primera biblioteca de Mallorca, que apareció en 1835, hasta la actualidad, con un total de 100.
El Mapa de Lectura tiene en cuenta qué tipo de biblioteca es (central insular, central urbana, local, básica o punto de biblioteca), tipología que debería definirse según el número de habitantes de la localidad que la acoge (desde 0 hasta más de 10.000). El estudio valora la superficie del local (los metros cuadrados que tiene), el fondo que alberga (el número de volúmenes de su colección), el personal con el que cuenta, el equipamiento que tiene y su horario de apertura. Una vez que se conoce la situación de todos estos parámetros se puede descubrir si se cumple con lo requerido o no y, por tanto, qué aspectos se deben mejorar o cambiar.
«Hoy, una biblioteca debe ser un punto de acceso a la información, de ocio y de interés cultural. Debe contar con la prensa diaria y con la especializada, además de con una buena mediateca», según Muntaner. El resultado del estudio será la herramienta para «evaluar la situación actual» y conocer «dónde deben aplicarse las ayudas». «Un valor añadido es la calidad de la colección del centro, que tiene que estar vigente, ser actual y renovarse». El mapa «permitirá no sólo estructurar las bibliotecas» si no, también, evitar la llamada «fractura digital». ¿Por qué? «Porque tienen que adaptarse al futuro e introducir las nuevas tecnologías como, por ejemplo, Internet. Además, deben tender cada vez más a trabajar en red». Si no, no se actualizan y, por tanto, no cumplen con los parámetros adecuados. Otro de los beneficios del plan, que habrá que ir revisando, será que servirá para «igualar el sistema bibliotecario, que sea igual para Mallorca». ¿Hay diferencias entre las de las ciudades y el resto? «Las de las ciudades son mejores, pero todavía tienen elementos a mejorar». ¿Cuáles son los principales déficits de las bibliotecas mallorquinas tras el primer análisis? «Globalmente, hay que mejorar los locales y los fondos, además de introducir Internet. El personal también debería estar mejor preparado y contar con la formación adecuada». ¿Hay bibliotecas en cada municipio? «No, en Deià y Escorca no hay».