A.HERNÀNDEZ/M.RAMIS/L.M.
Fans llegados de todos los rincones de la Isla esperaron ayer con gran expectación el primer concierto que El Canto del Loco ofreció en el recinto del polideportivo Mateu Cañellas de Inca para presentar sus «Zapatillas». Allá donde van, los madrileños llenan estadios de jóvenes y no tan jóvenes que esperan horas para conseguir el mejor premio: la primera fila.
Las fans que ocupaban el primer sitio fueron las más madrugadoras. El grupo aseguró que «estamos en la cola desde las nueve de la mañana con el único objetivo de conseguir un sitio lo más cerca de la banda para poder estar junto a ellos». A pesar del calor de la jornada, los exteriores del polideportivo se convirtieron en una zona de acampada improvisada en la que el agua se convirtió en uno de los bienes más preciados. Todos los presentes aseguraron que «las horas de espera seguro que valdrán la pena». Así, el calor y la espera no hicieron mella en los ánimos.
A lo largo de las horas, el número de seguidores y seguidoras que esperaban a las puertas del recinto fue aumentando. Los nervios y la emoción fueron invadiendo poco a poco el ánimo de los jóvenes a medida que el tiempo que faltaba para que empezara el gran evento se iba consumiendo. Para la espera fuera menos pesada, los jóvenes se refrescaban y coreaban las canciones de sus ídolos.