CARLES DOMÈNEC|BARCELONA
El año Rusiñol, coincidiendo con el 75 aniversario de la muerte del pintor, ha dado inicio con una gran exposición en el Palacio Miramar de Sitges, en la que destacan una serie de cuadros pintados en Mallorca. La muestra, titulada «Rusiñol i la pintura europea» y comisariada por Isabel Coll, relaciona la pintura del catalán modernista con las influencias de los artistas coetáneos y sitúa la obra de Rusiñol en un contexto europeo. La inauguración contó con la presencia de Pasqual Maragall, presidente de la Generalitat, el conseller de Cultura, Ferran Mascarell, y el bisnieto del artista, Norman Cinnamond.
La exposición se divide en siete ámbitos: De la pintura etnográfica y literaria al interés por el paisaje, El naturalismo europeo, El universo de París, Las primeras estancias en Sitges, Las enfermedades y los morfinómanos, Las jardines y los paisajes, y Aranjuez.
Rusiñol visitó Mallorca entre 1893 y 1923. La exposición recoge algunos óleos pintados en esa época, como «El poble de Bunyola» (1909), «Capvespre en Biniraix» (1906) o «Cementiri de Sóller a la nit» (1904). Las pinturas de Rusiñol en Mallorca contienen influencias japonesas, de autores como Hokusai o Hirosighe. Joaquim Mir compartió con Rusiñol el interés por las estampas japonesas. En esta línea se encuentra «Desmais. El jardí del pirata» (1901-1902) y «L'Orgue i Torrent».