HUMPHREY CARTER/LAURA MOYÀ
Alan Parsons era un especialista en el trabajo de estudio hasta que el éxito le hizo abandonar el anonimato de los créditos de los discos para pasar a dar la cara en giras y conciertos. Más de treinta años después, uno de los autores del sinfonismo de los setenta junto a su Project, regresará a Mallorca el 12 de julio con un concierto en el Casino. Será su tercera actuación, pero no su tercera visita. «Conservo muy buenos recuerdos de la Isla ya que mis padres me trajeron cuando era pequeño», rememoró ayer Parsons desde Santa Barbara, donde reside habitualmente. «Nuestro directo no suena tan contundente como el de Pink Floyd o el de Genesis, pero ofreceremos un buen espectáculo de música y sonido». En Mallorca, el autor repasará sus grandes éxitos sin olvidar su último disco, «A valid path», publicado en 2004. «Fue mi apuesta por un público más joven. Es más electrónico, sin llegar a tecno». El álbum permitió a Parsons decantarse definitivamente por las nuevas tecnologías ya que utilizó sólo el ordenador. «No empleé músicos de estudio, sólo cantantes. Todo el trabajo es digital».
Precisamente, estas nuevas tecnologías han hecho que Parsons abandone su faceta como ingeniero, faceta que le dio la fama con trabajos como «Let it Be» o «Abbey Road», de The Beatles, o «Dark side of the Moon», de Pink Floyd. «He tenido que dejarlo porque un ingeniero ya no se considera necesario. Antes, entrabas en un estudio y te encontrabas, además de a los músicos, a tres o cuatro ingenieros. En la actualidad, sólo se necesita una persona y un ordenador». Para Parsons, han cambiado muchas cosas desde sus inicios en el mundo de la música. «Lo que aprendí con Pink Floyd ya no sirve de nada». Sí quedan «los mismos principios», pero, «cuando llega el momento de grabar y de capturar el sonido, todo cambia».
Este hecho también está influyendo en su decisión de abandonar los escenarios pronto. «Tengo los días contados, no creo que aguante mucho más». ¿Por qué? «Es muy difícil ser músico hoy en día. Ganar dinero empieza a ser complicado, por no decir imposible». Internet o la radio por satélite, «muy popular en Estados Unidos», están provocando esta situación. «Si hace 30 años me hubieran dicho que pasaría esto, no me lo hubiera creído. Por eso hemos tenido que seguir haciendo giras, para mantenernos, aunque tampoco nos ha ayudado mucho porque el precio de los conciertos también se ha incrementado». ¿Cuándo se retirará? «Me queda por hacer una banda sonora, pero no un disco. No creo que me quede mucho».