NURIA ABAD
El escultor Jaume Plensa ha creado ex profeso para el espacio El Aljub del Museu d'Art Modern i Contemporani Es Baluard la instalación «Jerusalem», una creación que invita al espectador a participar de una experiencia poética y sensorial mediante fragmentos de «El Cantar de los Cantares» grabados en el bronce de gongs, cuya vibración llena el espacio de sonidos ancestrales.
«Esta obra es un homenaje a una de las ciudades más extraordinarias del mundo y una reivindicación de las ideas poéticas, que siempre quedan ocultas por otras más civilizadas», apuntó ayer Plensa sobre «Jerusalem», instalación que el escultor catalán inaugurará esta tarde y que permanecerá expuesta en esta sala hasta mediados de octubre.
Jaume Plensa (Barcelona, 1955), cuya obra «Twins III» forma parte de la colección permanente de Es Baluard, ha convertido, así, el Aljub en un lugar mágico, cargado de la atmósfera mística formada por las palabras del «Cantar de los Cantares» de Salomón, «una bonita metáfora sobre la creación», grabadas sobre gongs de bronce dorado que los visitantes podrán hacer vibrar con la ayuda de una maza. Al fondo de la sala, un autorretrato del artista observa su propia obra.
Plensa, que se hizo famoso en los años ochenta con esculturas de carácter primitivo y zoomórfico, ha elegido en esta ocasión elementos escultóricos en forma de gongs, «instrumento ligado al ser humano y a su capacidad de mutación». «Todo está en calma hasta que tú decides el cambio», explicó el artista. Esta carga metafórica se refuerza con la elección del pasaje bíblico, del «texto poético más sensual que se haya escrito», en una traducción inglesa que el autor consideró «muy bella».
«La escultura es para Jaume Plensa más que volumen, medida o posibilidad de medir el mundo; para él, la escultura es antes la presencia de ideas en el espacio real, la combinación de idea y materia, hacer visible y palpable la fuerza transformadora, como también la relevancia material del pensamiento», según escribe Carsten Ahrens, crítico de arte y director del Neues Museum Weserburg de Bremen, en el catálogo editado por Es Baluard específicamente para esta instalación, un libro que cuenta también con textos, de Pere A. Serra, presidente de la Fundació Es Baluard; Mari-Claire Uberquoi, directora del museo; y fotografías de Gunter Lepkowsky.
Plensa no es el primer artista que crea una instalación de forma expresa para El Aljub, ya lo han hecho otros de la talla de Rebecca Horn o Fabrizio Plessi, dijo Uberquoi, quien añadió que fue uno de los primeros nombres que le vinieron en mente para el espacio. De él, la directora del museo destacó su capacidad «para replantearse su trabajo y experimentar con materiales tan variados como el bronce, la resina y el cristal o tan etéreos como la luz y el sonido. Así, su lenguaje plástico ha ido cobrando una interesante dimensión intelectual y humanística».