JOAN SOCIES
Histórico y reivindicativo. Estos son los calificativos que, sin duda, se merece el concierto que la Filharmònica Porrerenca y Lluís Llach ofrecieron en el parque de n'Hereveta de Porreres. Fue el sábado, de negra noche, y sirvió para conmemorar el 150 aniversario de la banda. Sobre las diez, los más de 1.700 espectadores guardaban silencio cuando la imponente voz del actor catalán Jordi Dauder sonó por los altavoces para explicar la historia de aquel grupo de jóvenes que se reunieron, en 1856, y decidieron fundar la que sería la actual Filharmònica.
Acto seguido, los más de cuarenta músicos, al compás que les marcaba el director Joan Martorell, ofrecieron una primera parte de arreglos de algunas de las canciones de Llach: «Bambolines», «La Gallineta», «La casa que vull», «Un núvol blanc» o «L'Estaca», entre otras. Dauder tomó la palabra de nuevo para «recuperar la memoria histórica» y acompañado por Joan Martorell en el piano, leyó algunos de los poemas más punzantes y reivindicativos de Brossa, Martí i Pol o Vicent Andrés Estellés. Hizo referencia a Salvador Puig Antich, a Climent Garau, alcalde republicano de Porreres, y a todos aquellos porrerencs fusilados con él en el cementerio de Manacor.
Y casualmente, el sábado hacía 30 años y tres meses de los hechos ocurridos en Vitoria, donde las fuerzas del orden asesinaron a cinco jóvenes e hirieron a más de 150 personas que se habían reunido en la iglesia de Sant Francesc. Dauder explicó que el único que tuvo coraje de denunciar aquellos asesinatos fue el «porrerenc prioratí», en referencia a Llach, con «Campanades a Morts».