JOAN CABOT
Si hay que poner un ejemplo, que sean Satellites. Ellos no tocan en una banda, hacen rock. Puede parecer lo mismo, pero no lo es. Es la diferencia que separa a los artesanos de los artistas. Y ellos volvieron a demostrar en la primera jornada del Sonopalma que están en la segunda categoría. Luego, te gustará más o menos. También tienen sus días. Pero lo indudable es que ellos consiguen hacer de manera natural algo al alcance de pocos.
Su concierto fue lo mejor de la noche. En formato de trío, después de la salida de Michael Mesquida de la banda, pocos echaron de menos una segunda guitarra. Lo que faltaba lo añadieron a base de distorsión y no quedaron muchos huecos.
Ellos fueron los encargados de dar fin a la primera jornada de un Sonopalma que ayer continuaba con las actuaciones de Cibersheep, En Medio de Todo, Los Primos, Full Metal Jacket, Thrash Out, Club Sibarita y Men, además de la actuación de Siniestro Total, con la que estaba previsto cerrar la primera edición del nuevo concurso organizado por el Ajuntament de Palma.
La jornada del viernes fue más bien tibia, tanto encima como debajo del escenario. Empezaron El Octavo Pasajero con un rock entre Oasis y el resto del Brit Pop. El cantautor David Aledo, el segundo en actuar, se centró más en la bossa y el reggae. Por su parte, Josele, ex miembro de Vieja Usanza, puso la ración de hip hop, acompañado por unas mcs bastante rumbosas. Piper sorprendieron con su pop cálido y Clearwater con su country festivo.
Finalmente Petit, otro de los que destacaron durante la primera noche, interpretó los temas de su primera maqueta «Soulsaver Bird», haciendo del recinto un lugar menos desangelado. Freak Control no pudieron tocar, reduciendo el número de finalistas a trece.
La primera velada del Sonopalma dejó claro que el espacio del polígono de Son Rossinyol no es Ses Voltes y que allí difícilmente conseguirá Cort organizar un concurso con el tirón que tenía el Pop Rock en sus buenos años. Montar la pequeña feria musical a la entrada del recinto fue buena idea. Pero el público estaba más por apoyar a los suyos y las capillitas iban renovándose con cada participante. Al final de la primera noche habría unas trescientas personas, quizás un poco más. ...