LAURA MOYÀ
Cuando, durante la Transición, desapareció el antiguo Museu Marítim, los fondos pasaron a pertenecer al Govern balear. Algunas de las piezas fueron depositadas en el Museu de Mallorca y, otras, permanecieron en el Consolat de la Mar. Ahora, el Museu de Mallorca está catalogando los 70 objetos que están en el edificio de Ca la Gran Cristiana tras concluir, hace un mes, sus fichas. En 2007, el resultado del estudio se publicará.
La heterogeneidad es la principal característica de la colección. «El fondo se compone de muebles, pinturas, documentos, maquetas, elementos relacionados con la construcción de navíos, cartas náuticas, diplomas o elementos de navegación, entre otros», explicó Joana Maria Palou, directora del museo. De entre todas las piezas, destaca el mascarón de proa del barco Lulio que fue realizado por Anckerman, «una pieza muy interesante», y una tela de un autor desconocido que recrea «a la perfección» una escena marina.
«El proceso de catalogación implica extraer de cada uno de los objetos toda la información posible desde un punto de vista técnico, formal, iconográfico y estilístico». El encargado del trabajo es Bernat Oliver, un experto en temática marina que pertenece a la Associació d'Amics del Museu Marítim. «Lo más complicado es seguir el rastro de las colecciones, saber de dónde vienen», dijo Joana Maria Palou.
Cuando el trabajo finalice a finales de junio, «hay que dar a conocer este legado a través de una publicación para que todos conozcan nuestro patrimonio», afirmó Catalina Sureda, directora general de Cultura del Govern. Este catálogo irá precedido de «un estudio que homogenice el conjunto» y contendrá «las fichas agrupadas teniendo en cuenta un orden temático», según Palou. «Es importante recuperar nuestro patrimonio y acercarlo a todo el mundo para que pueda ser estudiado y conocido», en palabras de Palou.