M. LOSHUERTOS
La historiadora Silvia Pizarro Anglada Camarasa, nieta del conocido pintor mallorquín Hermenegild Anglada Camarasa, será la directora gerente de la Fundació Cultural Coll Bardolet. Así lo anunció ayer Olga Coll, patrona vitalicia de la fundación y presidenta de la Comisión de Selección encargada de escoger la persona que dirigirá la institución. «El hecho que Pizarro sea descendiente de Anglada Camarasa es pura casualidad, ya que se hizo una convocatoria pública en la que se presentaron diecinueve curriculums con sus diecinueve proyectos para poner en marcha la fundación. De las propuestas presentadas se hizo una primera selección de seis personas a las que se entrevistó personalmente», explicó Olga Coll, que aseguró que «Pizarro es la persona más adecuada para llevar a cabo la tarea, ya que cumple el perfil que buscábamos», es decir «es una persona preparada y emprendedora» de la que esperamos que funcione «como dinamizadora de la fundación».
En cuanto al estado de las obras de rehabilitación de Cas Francès, casal situado en el centro de Valldemossa que albergará próximamente la sede de la nueva entidad, Olga Coll avanzó que, «como patronato, nos gustaría que el noviembre que viene se hubieran acabado». Sobre todo porque será en este mes cuando el reconocido pintor Josep Coll Bardolet cumplirá 94 años, coincidiendo también con la segunda edición del concurso de pintura Coll Bardolet, iniciado en el año 2005. Para Olga Coll, «aunque la fundación acaba de empezar su trayectoria y queda mucho trabajo por hacer, como por ejemplo la catalogación de los cuadros de Coll Bardolet y también de los lienzos que éste colecciona de otros pintores», reconoce que «toda la familia tiene mucha ilusión por este proyecto».
La nueva sede no sólo exhibirá las obras del pintor (en principio unas cuarenta), sino que también servirá para dar a conocer la colección privada de Coll Bardolet, en la que se encuentran trabajos de Anglada Camarasa, Antoni Ribas, Ricard Anckermann y Tito Cittadini, entre otros. Además, el casal servirá como un espacio de «difusión cultural en el que se celebrarán charlas, conferencias y lecturas, especialmente en su interior, para trasladar al los jardines, que pueden albergar un público de hasta ochenta personas, otro tipo de actividades como conciertos». Todo ello contribuirá, según la sobrina de Coll Bardolet, «a la desestacionalización turística del municipio».