La Fundació Art a la Seu se reunió anteayer para ultimar el encargo de los vitrales de la Capilla de Sant Pere a Miquel Barceló. Era la primera vez que participaban los representantes del Ajuntament, por el que fueron Catalina Cirer y Rogelio Araújo, y del Cabildo, por el que estuvo Joan Darder. Además de tomar «en firme» la decisión de hacer el encargo, se concluyó que una vez formalizado éste Barceló dispondrá sólo de un año para completarlo.
El delegado diocesano de Patrimoni, Pere Joan Llabrés, portavoz de la Fundación, apuntó que «todo va bien» y que el encargo se hará «en las próximas semanas». Respecto al plazo que se dará a Barceló, puntualizó que «ni el obispo ni la Fundació quieren que la obra se alargue más». De momento se espera que el precio de un millón de euros acordado hace tiempo no varie cuando Barceló acepte.
Otro de los puntos que ya están claros, según dijo Llabrés, es que Barceló supervisará la iluminación de la Capilla de Sant Pere, que correrá a cargo de GESA-ENDESA, y el barnizado de la cerámica que cubre las paredes y que como lleva ya tiempo colocada «ha cogido polvo y habrá que limpiarla».
Como ya se ha publicado en varias ocasiones, el Capítulo, Sa Nostra y AENA financiarán, respectivamente, tres de los cinco vitrales y para el resto aún no hay dinero aunque el president del Govern, Jaume Matas, y Catalina Cirer se comprometieron a poner lo que hiciera falta para concluir una obra que se ha eternizado y que también cuenta con los 33.000 euros que anteayer entregó la Federación Hotelera, dinero que iba a destinar a la cena de Navidad de sus asociados, cantidad escasa si se tiene en cuenta que cada vitral costará 200.000 euros. Por otra parte, continúan los rumores de desavenencias entre los integrantes de la Fundació.