CARLES DOMÈNEC
BARCELONA
El equipo de investigación de los restos humanos momificados,
encontrados en Ferreries, presentó su proyecto en La Pedrera de
Barcelona y desveló que ha encontrado tejido pulmonar, cerebral y
muscular de hace 3.000 años. La buena conservación de los restos
hallados confiere al trabajo un carácter excepcional y aportará
información sobre las características físicas de la población
pretalayótica. Tras las investigaciones y sus conclusiones
científicas, se creará una exposición permanente en Menorca sobre
los descubrimientos en la Cova des Pas.
Nadie comprende aún que los restos se hayan conservado durante 3.000 años, con el clima benigno de Menorca. «No tenemos nada claro cómo se ha podido conservar todo esto, nos los estamos preguntando pero aún no lo sabemos», aseguró Maria Àngels Petit. La profesora de prehistoria de la Universitat de Barcelona expuso que «una causa pudo ser el microclima en la Cova des Pas, aunque quizás los sudarios que cubrían a los cadáveres encontrados contenían alguna sustancia química que haya protegido a los cuerpos a los largo de los siglos». Se han identificado ya 23 individuos en la cueva y se cree que, en total, serán unos cincuenta. Durante los dos últimos meses, se han encontrado fragmentos de tejido cerebral y pulmonar, insectos necrófagos, masa muscular pegada a los huesos y restos fecales.
El catedrático de Prehistoria de la Universitat de Barcelona, Josep Maria Fullola, destacó «la importancia para Menorca y para la ciencia del proyecto», y aseguró que «supera el alcance de las fronteras naturales de Menorca y Balears». El profesor destacó «la conciencia cívica y patrimonial de Pere Arnau, Josep Riera y Mónica Zubillaga, los espeleólogos que encontraron la cueva». Fullola desveló que «se han encontrado tejidos blandos humanos, como músculos, tejidos pulmonares, masa cerebral y restos fecales, que permitirán deducir datos de tipo arqueológico y biológico». Y «conoceremos estructuras de parentesco de los individuos encontrados, sus costumbres funerarias, la jerarquía interna y aspectos culturales». «Los cuerpos encontrados son de constitución robusta». Víctor Guerrero, profesor de prehistoria en la Universitat de les Illes Balears, dijo sobre los humanos de la Cova des Pas que «eran agricultores de cultivos como el trigo o la cebada, recolectaban ciertos productos vegetales con propiedades dietéticas y medicinales, trabajaban con la madera de forma extraordinaria y eran especialistas en metalurgia». Guerrero añadió que «hay muchas cuevas como ésta, pero no intactas», y certificó que «la suerte fue que los espeleólogos no entraran, ni destruyeran ninguna prueba». Y dijo que los cuerpos «están envueltos en una especie de sudarios de piel bovina y atados con cuerdas». Por su parte, Manel Calvo, profesor de prehistoria en la UIB, manifestó que «nos movemos en un momento de cambio entre la cultura pretalayótica y la talayótica».
La Cova des Pas tiene unos cuatro metros de diámetro y un pequeño pasillo de entrada. El hallazgo desvela que se trataba de un lugar funerario. Las investigaciones más recientes han encontrado a algunos de los individuos sobre camillas de madera, la mayoría en posición fetal y, en algunos casos, con las manos en la cabeza. Una de las múltiples curiosidades es una trenza con un ornamento de estaño, que probablemente procedería de la vertiente atlántica y que debía ser un elemento de prestigio. Otro aspecto importante es la posibilidad de investigar sobre la alimentación de la gente.
Según Núria Armentano, de la Unidad Antropológica de la Universitat Autònoma de Barcelona, «a partir de los excrementos y del desgaste dental podremos contrastar resultados cruzados sobre la dieta utilizada».