JOAN CASTELLS
La vertiente más social de la obra gráfica del alemán Max Beckmann (Leipzig, 1884-Nueva York, 1950) centra la muestra que ayer se inauguró en el Museu d' Art Espanyol Contemporáni de Palma. La selección, comisariada por Sabine Fehlmann, procede del Museo Von der Heydt de Wuppertal, en Alemania, y comprende un total de 55 obras, de las que 53 son grabados.
Considerado uno de los pintores más importantes del siglo XX en el país germano, Beckmann realizó sus trabajos en grabado durante el periodo que se comprende entre la I Guerra Mundial y 1922, centrándose de forma importante en la realidad social, la ciudad, y los conflictos armados de su país.
Paralelamente, su producción artística se distanció de los suyos coetáneos, mostrándose independiente del expresionismo, el cubismo o el surrealismo de las vanguardias.
Tanto es así, que a pesar de algunas pinceladas que pueden evocar el expresionismo alemán, su obra es más próxima a la de sus inspiradores, artistas como Eugene Delacroix, Edouard Manet, Paul Cezanne o Vincent Van Gogh.
La muestra presenta tres líneas desarrolladas por Beckmann durante este periodo: «Rostros», «Noche en la ciudad» y «La feria anual». Complementan esta selección dos óleos que Beckmann retrató en «Viaje a Berlín». Por una parte, en «Al tren: Norte de Francia» (1938), muestra el movimiento del trayecto y la vista desde la ventana del vagón, con el vapor de la locomotora escapándose. Paralelamente, «Golden Arrow; vista desde la ventana del tren» (1939), repite el mismo concepto.
«Son elementos fundamentales en su obra», apuntó Fehlemann, una visión muy cercana al romanticismo alemán.