EFE|VENECIA
La última película de Ton Howard, «Cinderella Man», que se proyectó ayer fuera de concurso en la 62 Mostra de Venecia, se perfila como un éxito comercial, según la crítica. Protagonizada por Russell Crowe y Rene Zellweger, que ayer estuvieron en Venecia, está bien rodada, narra la historia de un boxeador pobre que triunfa, despliega todos los estereotipos del patriotismo y la moral estadounidenses, y es sentimental. La cinta narra la vida de Jim Braddock, un boxeador que en los años 30 estaba acabado, pero que, para mantener a su familia, vuelve al ring y derrota al campeón mundial de los pesos pesados, Max Baer.
Por otra parte Dos filmes que analizan diferentes aspectos de la incomunicación humana -«Gabrielle», del francés Patrice Chéreau, y «Proof», del británico John Maddense proyectaron ayer en la sección competitiva oficial. La primera adapta un cuento apasionado del escritor Joseph Conrad, «El regreso», en el que la pareja protagonista afronta su incapacidad de comunicarse en el París anterior a la Primera Guerra Mundial en 1914. Pascal Greggory e Isabelle Huppert, son los protagonistas.
Como en otros filmes sobre el genio y la locura, en «Proof» Madden analiza los límites entre ambos estados mentales, centrándose en la escasa comunicación que produce el deterioro físico. Si bien el estudio es superficial -Madden es inglés, pero la película, estadounidense y, como en muchas de esa nacionalidad, los diálogos son infantiles-, el trabajo de los dos protagonistas, Gwyneth Paltrow y Anthony Hopkins, la saca de la mediocridad.