J.NICOLAU/L.M.
El departamento de Patrimoni del Consell de Mallorca inauguró ayer
por la noche el Centro de Arqueología y Restauración con sede en la
possessió de Son Rossinyol, ubicado en el polígono industrial de la
carretera de Sóller. El acto estuvo presidido por Maria Antònia
Munar, presidenta del CIM, y Bartomeu Vicens, conseller de
Territori. La comitiva conoció de primera mano las instalaciones
del centro, desde la salas de conferencias hasta las de trabajo,
incluida la que contiene la única taula calenta de Mallorca según
el CIM, una herramienta destinada a restaurar cuadros.
Sin embargo, no se visitaron las salas de arqueología. La directora del centro, Maria Carbonell, se encargó de las explicaciones técnicas. Un cocktail, con champán y canapés típicamente mallorquines, y un concierto a cargo de un cuarteto de cuerda amenizaron la velada. A la inauguración estaban invitadas unas 300 personas, entre las que se notó la ausencia de rostros del mundo de la arqueología y la restauración. Un hecho que propició malestar entre los arqueólogos fue que no se invitara de forma individual a todos aquellos a los que se dirige el centro.
El presidente de la sección, Ferran Tarongí, manifestó su «estupor» ante esta circunstancia. Son Rossinyol tendrá como principal función servir como centro de investigación y restauración de los materiales arqueológicos hasta que estos se entreguen al Museu de Mallorca. También acogerá diversas actividades de difusión del patrimonio (cursos o visitas guiadas, entre otras). Para empezar, el mes que viene la ACIDEB iniciará un curso de restauración de muebles y la UNED otro genérico sobre patrimonio.