La XXIII Fira del Llibre de Palma, que este año se ha ubicado en la Plaça d'Espanya, abrió ayer sus puertas con un pregón inaugural a cargo del escritor mallorquín Víctor Gayà, que abogó en su discurso por una «literatura de calidad». El recientemente vencedor del premio Alexandre Ballester por «Cercle enigmàtic» pidió a los lectores una visión «crítica y exigente para aumentar la cultura y la educación de los ciudadanos». La Fira cuenta con 50.000 títulos y 23 expositores.
Al acto inaugural contó con la presencia del conseller de Educació i Cultura, Francesc Fiol; la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer; el delegado del Gobierno, Ramón Socías; la consellera insular de Cultura, Dolca Mulet; el director insular de Cultura, Guillem Ginard y el representante del Gremi de Llibreters de Mallorca, Francesc Moll. Fiol calificó de «gran acierto» ubicar la Fira en la Plaça d'Espanya porque «es un lugar de encuentro en el que se fusionan Palma y la Part Forana», mientras que Cirer desmintió que el cambio se debiera a las quejas de los comerciantes de es Born y aseguró que «hasta que no acaben las obras de acondicionamiento de Antoni Maura, lo más probable es que se siga haciendo en la Plaça d'Espanya», que según dijo, «tiene mejores accesos».
La parte más afectada, los comerciantes, estuvieron muy cautos a la hora de valorar el cambio de ubicación, aunque la mayoría, a la espera de conocer los resultados finales de las ventas, hicieron un balance positivo. Es el caso de Lluís Massanet, de la Llibrería Campus. «Me gusta el cambio porque el lugar está muy bien. Tiene la estación al lado», apuntó. Joana Berber y Concha Morlà, de Mediterrània de Llibres, ven con mucha más cautela el nuevo emplazamiento.