El Consell ha ordenado el precinto por motivos de seguridad del yacimiento arqueológico de Son Matge, donde se produjo un desprendimiento de rocas. El cierre se mantendrá hasta que los geólogos midan la posibilidad de nuevos desprendimientos y Patrimonio valore el destrozo. El técnico de Patrimonio del CIM, Jaume Cardell, explicó que se prevé poder analizar los desperfectos la semana que viene. En la inspección está previsto que participen, además de los técnicos insulares, responsables del departamento de Prehistoria de la UIB y arqueólogos que han trabajado en la zona. Entre ellos, estará Josep Ensenyat, el último que participó en una campaña arqueológica en el año 1999 junto a William Waldren.
El yacimiento está en un hueco o abrigo de la montaña y es uno de los yacimientos de referencia para el estudio de la prehistoria en Mallorca. Su importancia, según este arqueólogo, se debe al hecho de que en su parte más oriental están representados todos los estratos prehistóricos, desde los primeros pobladores de la Isla hasta los romanos.
Ensenyat explicó que el yacimiento se dividió para su estudio en tres áreas: la oriental, la más valiosa; la central, con restos que se inician en el calcolítico; y la occidental, la más reciente. Es, según Ensenyat, en esta última área donde han caído las piedras. El arqueólogo todavía no ha visitado la zona. Aún así, bajo su opinión, el principal destrozo que puede haberse producido es la destrucción de un muro talayótico que cerraba la necrópolis.