El Instituto Cervantes de Viena inauguró ayer noche la exposición «Cerámicas de Picasso: barro, agua y fuego», la primera muestra de cerámicas de Picasso de la historia de Austria. El acto, en el que había más de 300 personas, congregó a un numeroso grupo de personalidades que no quisieron perderse la oportunidad de contemplar por primera vez todo el universo del artista malagueño condensado en jarras, jarrones, fuentes y platos.
Dolores Durán, comisaria del montaje, fue la encargada de presentar el contenido de la muestra, explicando a los asistentes que «Picasso se preocupó por conocer en profundidad las técnicas del trabajo del barro y también el comportamiento de los esmaltes». «En un primer momento trabajaba sobre superficies planas, lo más parecido a los lienzos o a las planchas de grabado, para, posteriormente, atreverse con las tres dimensiones».
Al evento acudieron políticos, embajadores y representantes del mundo de la cultura vienesa. Entre ellos, destacó la presencia de Benita Ferrero Waldner, comisaria de Relaciones Exteriores de la Unión Europea; Juan Manuel Barandica y Luxán, embajador de España en Viena; Aurelio Pérez Giralda, embajador ante los Organismos Internacionales; Elisabeth Gürtler, propietaria del Hotel Sacher y organizadora del Baile de la Ópera de Viena; el coleccionista Pere A. Serra, propietario de las 40 obras cerámicas de Picasso que componen la exposición, y presidente-editor del Grup Serra; Francisco Ferrero, director del Instituto Cervantes de Viena; Wienfried Seipl, director del Museo de Bellas Artes de la ciudad; los profesores de la universidad Michael Metzeltin, Margit Thir y Alfred Kohler; Carmen Serra, directora general de Publicidad y Ventas del Grup Serra, y Josef Egger, presidente de la asociación Austriaca de Amigos de Mallorca, entre muchos otros. No faltaron a la inauguración los embajadores de Líbano, Uruguay, Paraguay y Chile, entre otros.
Benita Ferrero comentó que la exposición «es fantástica y, aunque ya la había visitado en Palma, he venido expresamente desde Bruselas para apoyarla». Wienfried Seipl destacó que «es una maravillosa idea tener una muestra como ésta en Viena porque no es competencia para el resto de museos, sino que se añade muy positivamente a la oferta artística de la ciudad». El éxito de la exposición quedó patente también cuando Elisabeth Gürtler afirmó que «estoy enamorada de estas cerámicas, me gustaría conocer más cosas de la Colección Serra y espero muy pronto volver a visitar Mallorca, que tanto me gustó».
Como colofón a la velada, Francisco Ferrero entregó una carta de agradecimiento a Pere A. Serra.
A partir de hoy, los austríacos y los muchos turistas que visitan el país podrán disfrutar del genio del artista malagueño.