La Conselleria de Cultura reconoció ayer que los ladrones entraron en unas naves de la Calle Aragón que se utilizan como almacén general de la conselleria y del Museo de Mallorca. Catalina Sureda, directora general de Cultura del Govern, explicó que, a partir de entonces, se «ha reforzado» la seguridad en las mismas en combinación con la Conselleria d'Interior. Sureda admitió que faltaban unas sillas que pertenecían al museo y que, tras la actuación de los ladrones, se encontraron cajas abiertas. Aunque apuntó que no se llevaron nada de valor y también que resulta difícil saber qué ha desaparecido, tal es la cantidad de lo que el almacén alberga.
«Es difícil saber exactamente lo que se han llevado», apuntó Sureda. Porque en las naves, que ocupan muchos metros cuadrados, se guardan desde pupitres o estanterías hasta elementos arqueológicos o patrimoniales. Y respecto a estos últimos «puede haber depósitos antiguos de material que no estén inventariados», comentó la directora general.
Por lo que se refiere a los restos arqueológicos encontrados en los últimos años, el material que surge de las excavaciones ha de ser entregado al museo, así lo manda la Ley, que es depositario del mismo, y pasa a engrosar sus fondos. Las entradas se documentan y se numeran según establece dicha institución. Pero el edificio del museo no tiene capacidad para absorber tanta cantidad de restos, especialmente trozos de cerámica en cajas, por lo que éstos se guardan en distintos almacenes. El de la Calle Aragón es tan grande que alberga hasta un camión cuya caja, cerrada, hacía de caja fuerte.
«Por lo que parece se han llevado algo, unas sillas que eran del museo», dijo la directora general, quien afirmó que, en cuanto sucedió el primer asalto al almacén, «todo lo de valor que pertenecía al museo se devolvió al mismo». Sureda reconoce que estas naves, situadas en una zona que definió como «difícil», albergaban algunas piezas importantes del fondo de la institución.
La directora general quiere «incidir» en que en el almacén «se ha reforzado la vigilancia y en que las alarmas están conectadas con la seguridad del Govern», que es el propietario de las mismas.
Sureda dice que desde Cultura se está intentando centralizar la custodia de todo lo que pertenece al museo en un solo almacén e inventariar todo lo que hay en las naves, lo que supone «muchísimo trabajo».