CARLES DOMENEC|BARCELONA
Joan Valent acaba de componer la música de «Camille Claudel», una dramatización sobre la artista y amante de Rodin interna en un psiquiátrico durante tres décadas. Pep Munné, director del montaje para Caixaforum de Barcelona, encargó al compositor mallorquín la música de la obra. Hablar con Valent es hacerlo de muchos proyectos a la vez y de muchas ciudades, pues vive entre Madrid, Barcelona y Hamburgo.
-¿En qué consiste el espectáculo de
Caixaforum?
-El montaje trata de la vida de Camille Claudel, desde su juventud
a la edad madura, a partir de la obra epistolar que escribió en el
manicomio durante 25 años hasta su muerte. Pep Munné me pidió la
música para piano y violín adaptada a las necesidades del
drama.
-En marzo presentará en Mallorca «El rei Pepet» con Pere
Noguera.
-Sí, en el Teatre Xesc Forteza. Se trata de algo totalmente
diferente. Me hace mucha ilusión poner música a una obra de teatro
de mi tío Pere Capellà. La próxima semana iré a Palma para decidir
la música.
-¿Un compositor contemporáneo debe saber abordar
cualquier tipo de música?
-Como mínimo, debe conocer todo tipo de música. Antes se
diferenciaba entre músicos clásicos, populares, de cine. Ahora, los
músicos deben enfrentarse a cualquier música y género, con un
estilo propio y una intención artística.
Acaba de grabar con la Simfònica y Gabriel Estarellas en
Palma.
-Ha sido una de las mejores sorpresas de los últimos años. La
respuesta de la orquesta ha sido fenomenal. Estoy muy orgulloso y
estoy intentando que se genere un nuevo disco antes de verano. La
Orquesta Sinfónica ha hecho un trabajo fantástico. La labor de
Edmon Colomer es brillante.
-¿Cree que el nivel cultural sobre música ha
aumentado?
-La cultura musical se ha ampliado muchísimo en 20 años. La gente
educa su oído. Cada estilo se va definiendo a medida que se
aprende. Es una cuestión de educación y aprendizaje individual. La
cultura debe ser evolutiva, no involutiva.
-¿Es un autor de vanguardia?
-Sí, cualquier persona viva que componga lo es. Para mi, pertenece
tanto a la vanguardia REM como yo. La diferencia de nuestro arte se
encuentra en nuestro público, no en ningún tipo de postulado.
-¿Cuándo empieza a componer por primera
vez?
-En 1984, cuando tenía 20 años. La primera pieza fue en Palma.
-¿Su regreso a España fue difícil profesionalmente,
cuando volvió de EE UU?
-No, fue mi opción. En Estados Unidos habría necesitado la
residencia para entrar en el sindicato de músicos. Otra opción era
la académica, pero no me interesaba enseñar. En el 95 regresé a
Mallorca con la esperanza de poder vivir en la Isla y trabajar
fuera, pero no pude. Un año más tarde fui a Madrid porque es
necesario estar en el meollo.
-¿Qué papel tienen las instituciones en la
música?
-Las instituciones deben facilitar que las orquestas estén bien
formadas y acondicionadas, que cumplan sus necesidades, que los
auditorios estén bien equipados. El marketing y el mimo son una
responsabilidad política. Todo esto hace que los músicos sean
buenos. Los músicos deben tocar bien. Tengo dudas sobre la ayuda
individual a los músicos. Es importante que las infraestructuras
sean consistentes.
-¿Qué representa para usted la formación Ars
Ensemble?
-Es mi hijo, el proyecto de mi vida. Existe desde 1997 y ha ido
ganando presencia nacional e internacional. Ahora es un grupo con
gran trascendencia y tenemos proyectos con distintas discográficas.
Ars Ensemble es mi tercer apellido.
-Si se habla de música mediterránea, se cita siempre a
Maria del Mar Bonet o Goran Bregovic. ¿Dónde se sitúa
usted?
-Yo estoy en otro ámbito. Todo depende de la cultura que se tenga.
Lo de las localizaciones individuales de estilos es un poco
absurdo. No me siento un compositor mediterráneo. El próximo 25 de
marzo estrenaré en Mallorca una misa rural de Algaida, para 16
voces, con Ars Ensemble y soprano solista. Habrá, por supuesto,
rastros de mis raíces con aspectos del Mediterráneo pero estoy
confundido con la determinación.