G.S.
Una nutrida representación del mundo de la música, amigos y familiares despidieron ayer en la iglesia de San Miquel de Palma a la pianista Colette Truyol de Torrandell, fallecida a los 76 años, hija política del compositor Antoni Torrandell.
Fue una emotiva ceremonia, presidida por Bernat Torrandell, su viudo, a quien acompañaron Pere Rotger, president del Parlament; Joan Roig y Miquel Estelrich, directores de los conservatorios Profesional, del que había sido profesora, y Superior. El funeral fue oficiado por Bruno Morey, asistido por los canónigos Bernat Julià y Antoni Fullana y los sacerdotes Llorenç Riera y Joan Oliver. Morey, que glosó la figura de la desaparecida, dijo que «si Colette no estuviera en el cielo es que el cielo no existe». Entre los muchos amigos de la familia se encontraban Maria Antònia Munar, Llorenç Borràs de Riquer, Pere A. Serra, José Francisco Tous, Francina Armengol, Joan March, Josep Carles Tous, Rafael Perera, Luis Remartínez, Damià Pons y Joan Moll, entre otros.
Durante la ceremonia sonó una grabación de «La Solitude», de Torrandell, cantada por Joana Llabrés junto a la Simfònica. Sin embargo, debido a problemas técnicos, no pudo escucharse otra gran composición de Antoni Torrandell, su «Réquiem». Colette Truyol fue una gran admiradora de la música del compositor mallorquín.