Un año después de la salida de «Jocs» (2002) al mercado, Lluís Llach recibía la noticia del fallecimiento de Miquel Martí i Pol. De todo el mundo era conocida su larga amistad con el poeta, fruto de la que surgieron obras como «Un pont de mar blava», «Porrera» o «Germanies». Tras esta circunstancia, el cantautor concibió un nuevo recital, «Poetes», que el próximo 28 de octubre presentará en directo en el Auditòrium. En este espectáculo, Lluís Llach rinde homenaje a los escritores catalanes que han sido decisivos en su trayectoria musical y, muy especialmente, a Miquel Martí i Pol. Si «Poetes» se inició como «un proyecto casual», según Lluís Llach, engendrado previamente como una serie de cinco conciertos que se celebraron en enero en la Sala Apolo de Barcelona, «el ambiente de este espacio, el único que posee remembranzas de los grandes teatros del music hall francés», generó la confección de un CD, con libreto de 36 páginas, más un DVD grabado en directo. Asimismo, el cantautor catalán explicó, en la rueda de prensa que ofreció ayer en el Café Lírico de Palma, que lo que había de ser una pequeña gira que duraría dos meses «lleva ya nueve y aún le quedan unos cuantos meses más», no sólo por el interés suscitado en el público sino también por el disfrute del propio Lluís Llach y sus músicos.
De Martí i Pol dijo que tenía muchos méritos, entre los que destacó «su capacidad esencialista», es decir, «un talento especial para desdibujar las banalidades y llegar al fondo del ser humano». Apuntó que era un autor que se escapaba de la figura del poeta tradicional, algo que sucede «cuando un escritor, además de desarrollar un discurso estético, es capaz de otorgarle un discurso ético profundo». También recalcó un demérito: «Miquel Martí i Pol se hizo tan popular que generó muchas envidias en el mundo de la literatura». Entre los próximos proyectos de Lluís Llach, que anunció a modo de despedida «yo ya soy un músico que prepara su adiós», se encuentra la composición de la banda sonora de una película basada en la vida del joven anarquista catalán Salvador Puig Antich, que fue ejecutado a garrote vil el 2 de marzo de 1974 en la cárcel Modelo de Barcelona. El film, que será dirigido por Manuel Huerga, pretende «explicar el final del franquismo y exponer unas circunstancias socio-políticas represivas». Esta labor significa para él «un acto de venganza vital», puesto que Llach conocía bien a Puig Antich.
Sobre la escisión de Balears del Institut Ramon Llull, afirmó que «es una animalada por parte de todos: de Maragall, de Matas y de la consellera de Cultura, Catalina Mieras». Añadió que «la cultura del Pais Valencià, la de las Illes y la de Catalunya deben ir juntas, es así como se defienden, como tienen fuerza. Ninguna de ellas se puede explicar por sí sola», para acabar sentenciando que «la cultura catalana es un proyecto de futuro magnífico».