La policía investiga la desaparición de una lucerna o llàntia de época romana, datada entre los siglos III y IV después de Cristo, hallada en sa Calatrava. La pieza forma parte del material arqueológico surgido en una excavación que, a finales de julio, fue cerrada temporalmente por el promotor de un edificio de viviendas que se construye en el solar donde se ubica el yacimiento. De unos 10 centímetros de largo, presenta la peculiaridad de que en su decoración figura el candelabro de los siete brazos judío, la menorah, por lo que a partir de ella se podrían conocer datos sobre la comunidad judía de la época.
El equipo de arqueólogos que desde los inicios del pasado verano ha trabajado en sa Calatrava echó en falta la lucerna cuando, tras el cierre de la excavación, tuvo que recoger el material encontrado en la misma, restos cerámicos y de huesos, que se guardaban en un local vecino al yacimiento.
Francisca Torres, directora de la excavación, explicó ayer que dio parte de la desaparición al departamento de Patrimoni Històric del Consell y, a continuación, se denunció el hecho en comisaría. La cerradura de la puerta del local no fue forzada.
La lucerna, que aún no ha sido estudiada en profundidad, ha sido datada, en principio, entre los siglos III y IV después de Cristo. Fue hallada en perfecto estado y tiene la forma clásica de este tipo de piezas, con un agujero para la mecha y otros dos para el aceite. En su parte superior central fue decorada con la menorah, el candelabro de los siete brazos judío, y en las laterales con un par de hojas de palma. Por la pasta cerámica con que fue fabricada, los expertos creen que procede del norte de Àfrica. En el yacimiento se encontró una moneda, bastante deteriorada, en la que, a simple vista, parece que se puede ver una letra del alfabeto hebreo.