Los conciertos de Amparo Sánchez, Amparanoia, son siempre una auténtica fiesta. Una fiesta que se basa en directos muy potentes que despliegan todo el universo musical de Amparanoia. La Superfesta de Porreres será, esta noche, su próximo escenario.
-Acaba de volver de una extensa gira por Europa, ¿cómo
ha sido la respuesta del público?
-Ha sido nuestra primera gira internacional por Europa. La
respuesta ha sido positiva. Hemos tenido la oportunidad de estar en
festivales con carteles muy interesantes. Hemos encontrado un
público que, minoritariamente, conocía nuestro trabajo y,
mayoritariamente, lo desconocía pero que se ha unido a nuestra
fiesta.
-¿Cómo se llega a un público que no entiende sus
letras?
-La música por sí misma tiene un lenguaje. La nuestra contiene un
lenguaje y una actitud, la de una mujer que está cantando y
contando su historia. Además, siempre invitamos al público a
participar. Por eso no es indispensable conocer los temas, porque
están influenciadas por músicas que todos conocemos. Nuestros
conciertos son una fiesta para compartir en la que el idioma es un
componente más.
-Su música se caracteriza por la fusión de diferentes
estilos, ¿está aquí el futuro de la música?
-La música siempre está fusionándose pero también hay estilos que
permanecen inamovibles. Por un lado hay formas de crear que van
transformándose y evolucionando a través de la fusión y, otros, que
son pura fusión.
-Se toma cada disco como un camino hacia el interior,
¿es una manera de conocerse mejor?
-Sí. Los momentos de creatividad no deben engañar a nadie, y menos
a uno mismo. Hay que ser sincero para creer en lo que se canta.
Cuando compongo miro en mi interior y veo lo que me duele, lo que
me alegra o lo que me ha ayudado a crecer. Es lo que busco
transmitir en mis temas.
-Sus letras también dejan entrever un interés por lo
social.
-Tienen un trasfondo personal que incluye una visión de lo que
sucede en el mundo, de cómo veo las relaciones humanas.
¿Su encuentro con México y Chiapas fue
determinante?
-Sí, y sigue siéndolo. Me dio mucha fuerza conocer la filosofía
zapatista y seguir el movimiento indígena. Me llena de energía para
seguir con mis proyectos y tener otra visión del mundo.
-¿Las ventas son determinantes a la hora de editar un
disco?
-No somos un grupo de grandes ventas. Tengo un proyecto y, con lo
que se va vendiendo, se va consiguiendo avanzar. No es necesario
vender muchísimo sino que la gente compre tu disco y te siga, que
siempre estén ahí.
-¿Cómo ve la industria musical en la
actualidad?
-Ha perdido en credibilidad. A la gente le da pereza comprarse un
disco porque se ha perdido en calidad. El culto a la música casi no
existe porque parece mejor tener discos con sólo un tema
interesante. No compro discos piratas, pero entiendo que hay gente
que no le da valor a la música.