El Museu d'Art Espanyol Contemporani exhibe, desde ayer y hasta el próximo 4 de septiembre, una muestra de la obra de Liubov Popova (1889-1924), una de las artistas más importantes de la vanguardia rusa en el primer cuarto del siglo XX. Las 25 obras expuestas proceden de la colección del Museo Estatal Tretiakov de Moscú, excepto dos, que provienen de una colección particular.
La exposición, según explicó en su presentación Javier Gomá, director de la Fundación Juan March, entidad responsable de este museo, «recorre cuatro etapas diferenciadas de la evolución pictórica de Popova». El primero es el período cubo-futurista, movimiento en el que destacó como una de sus principales exponentes. «Después se decantaría por el suprematismo de corte espiritual de Malevich, siempre desde la perspectiva de un arte que jamás pretende ser imitativo», sentenció Gomá, para añadir que la tercera etapa artística de Popova, «basada en el estudio de la intersección de planos y la geometría pura», estuvo marcada por el influjo del constructivismo de Tatlin y Ródchenko.
La temprana muerte de Popova a los 34 años le impidió militar en las filas del productivismo, aunque su última obra, la que conforma el cuarto período de su trayectoria artística y que también se puede observar en esta exposición, «ya demuestra su interés por la denominada 'muerte del arte burgués', es decir, por el diseño industrial y el fotomontaje, producto de un nuevo entorno socialista», afirmó Gomá.